Los 7 tipos de medusas que puedes encontrar en las playas de España: no todas pican igual
En las playas españolas podemos encontrar distintas variedades de medusas, aunque hay especies cuya picadura son muy dolorosas y otras prácticamente inofensivas. ¿Cuáles son las más y las menos peligrosas?
El verano es sinónimo de relax, de sol y de playa. Pero, en ocasiones, también lo suele ser de ciertas picaduras que pueden empañar el disfrute playero. Hablamos de las picaduras de medusa, unos seres que son visitantes habituales en las playas de todo el mundo y cuya proliferación puede provocar el cierre de las mismas. Pero, ¿qué tipos de medusas se pueden encontrar en España? ¿Pican todas de la misma manera?
Las medusas más comunes en las playas españolas
Si bien su presencia en el mar es natural y forma parte del ecosistema marino, su contacto con los humanos puede resultar molesto, e incluso doloroso, debido a las picaduras que pueden ocasionar sus tentáculos. Aquí te mostramos cuáles son las medusas más comunes en las playas españolas.
Carabela portuguesa
La carabela portuguesa (Physalia physalis) es una especie marina que a menudo se confunde con una medusa. En realidad es un sifonóforo, un organismo colonial compuesto por múltiples zooides especializados que dependen unos de otros para sobrevivir.
Su picadura es una de las más dolorosas que existen, pudiendo causar síntomas como dolor intenso, náuseas, vómitos e incluso dificultad para respirar. Los calambres en las extremidades también suelen ser un signo de la picadura de este tipo de medusas. Se ha visto especialmente en las playas de Galicia, el Cantábrico y las Islas Canarias.
Aequorea forskalea
En este caso, se trata de una medusa muy frecuente en la zona del Atlántico, aunque también se la puede ver por el Mediterráneo. En España, en concreto, se ha localizado en Cataluña y Baleares.
Esta medusa mide aproximadamente 30 centímetros de diámetro y no produce picaduras, por lo que no es peligrosa.
Medusa huevo frito
La conocida popularmente como medusa huevo frito es en realidad la especie Cotylorhiza tuberculata. Esta es una de las medusas más pequeñas que se pueden encontrar en la costa española. Su tamaño no suele superar los 10 cm. Su picadura es leve. Este tipo de medusa suele proliferar en las playas del Mar menor, la Manga, Cabo de Palos, Águilas y Mazarrón.
Ctenóforo americano
Otra de los tipos de medusas de las que no hay que preocuparse es esta: el Ctenóforo americano. Se trata de una medusa de apariencia extraña, con distintas iridiscencias de colores. No tiene tentáculos, solo un bulbo de aproximadamente 10 centímetros de longitud.
Procede de la costa americana, pero poco a poco se ha ido distribuyendo también por el litoral mediterráneo. No pica, por lo cual tampoco es peligrosa para el ser humano.
Medusa clavel
La medusa clavel (Pelagia noctiluca), también conocida como "medusa rosada" o "aguamala", es una medusa de tamaño mediano, con una campana que puede alcanzar hasta 30 centímetros de diámetro.
Su picadura es moderada, causando dolor intenso, enrojecimiento e hinchazón en la zona afectada pudiendo salir incluso ampollas. En algunos casos, puede provocar náuseas, vómitos y mareos. Se ha visto en todo el Mediterráneo, aunque con mayor asiduidad en las playas de Málaga, Andalucía y Murcia.
Medusa de compases
Junto a la carabela portuguesa, la medusa de compases es una de las más peligrosas. Se caracteriza por tener un tono amarillento y anaranjado. Tiene largos tentáculos y, aunque suele ser más habitual verla en aguas abiertas, también puede llegar a la costa arrastrada por las corrientes.
Es frecuente verla en el Mediterráneo y el Atlántico. Sus picaduras causan quemazón y lesiones en la piel como habones que tardan tiempo en desaparecer.
Medusa luna
La medusa luna (Aurelia aurita) es una de las medusas más comunes en el Mediterráneo. Su nombre se debe a su forma de campana translúcida, que puede alcanzar hasta 40 cm de diámetro.
Su picadura es leve, causando solo una ligera irritación en la piel. Sin embargo, las personas con piel sensible o alergias pueden experimentar síntomas más intensos. Es habitual verla en el Mediterráneo, especialmente en las zonas costeras del sur de la Península y en el mar Menor.
Las medusas pueden arruinar un refrescante día en la playa. El aumento de la temperatura del agua ha incrementado su presencia en las costas españolas. Por eso, cuando uno se enfrenta a una picadura de estas, lo mejor es lavar la zona con abundante agua del mar, aplicar hielo en la zona y recibir asistencia médica inmediatamente.