Las "lluvias de sangre", un fenómeno que nos visita todos los veranos
En muchas ocasiones, los vientos del sur arrastran partículas provenientes del Sáhara hacia nuestras latitudes. Además de ensuciar, el polvo sahariano tiene consecuencias para la salud, pero también algunos beneficios para el medio ambiente.
Es bartante probable que alguna vez hayas presenciado una lluvia de barro. Cuando suceden, las ciudades acaban con capa superficial de barro o tierra. Este tipo de precipitación, que también se conoce como 'lluvia de sangre', lo deja todo hecho un desastre, aunque no hay que olvidar que también tiene efectos beneficiosos para el medio.
¿Qué es la lluvia de barro o de sangre?
Aunque nos pueda sorprender, las gotitas de agua en nuestra atmósfera no solo están formadas por agua. Generalmente, necesitan lo que conocemos como 'núcleo de condensación' para que alcancen un mayor tamaño, hasta caer finalmente. Pueden ser sales, materia orgánica, bacterias o polvo en suspensión.
La superficie se calienta por el calor, levantando las partículas, que son arrastradas a grandes distancias por el viento. Cuando están en suspensión, las partículas se van agregando a las gotitas de agua hasta que acaban cayendo por su propio peso.
En España es bastante habitual que se produzca este tipo de lluvia, especialmente en el litoral mediterráneo y en Canarias. Además están yendo a más como consecuencia del cambio climático. Cuando tenemos una borrasca o un área de bajas presiones frente a las costas del oeste peninsular, se impone la circulación del sur, que arrastra las partículas de tierra y barro del Sáhara hacia el norte.
Las altas concentraciones de polvo son perjudiciales para la salud
Este fenómeno puede tener lugar en cualquier momento del año, aunque es más habitual que ocurra en los meses de verano y primavera. Pudimos verlas hace apenas 4 días en Cataluña o en la Comunitad Valenciana, donde fueron destacables. Muchas superficies acabaron con una buena capa de tierra.
Puede ser perjudicial para la salud cuando las concentraciones son altas. Las pequeñas partículas pueden entrar en las vías respiratorias, teniendo un impacto negativo en nuestra salud. Cuando las intrusiones de polvo en suspensión son muy acusadas, la calidad del aire empeora. Aumentan las partículas conocidas como PM10 y PM2.5, y cuando se superan los 50 μg/m³ hay que preocuparse, ya que según la OtMS es el valor límite diario para la protección de la salud humana
Son vitales para la Amazonia
Aunque siempre nos quejamos cuando aparecen, las lluvias de barro son muy buenas para los campos de agricultura y las plantas en general, ya que aportan numerosos nutrientes a la vegetación, como ocurre en el Amazonas. A modo de ejemplo, los aportes de fósforo que llegan desde el Sáhara son fundamentales para la selva amazónica, donde en sus suelos apenas hay fósforo.
Las importantes lluvias que tienen lugar en la selva arrastran la mayoría de los nutrientes que se generan por la descomposición de la materia orgánica. El suelo del Amazonas al estar tan poblado de vegetación es bastante pobre en nutrientes, por lo que la llegada de estas partículas ayuda a que la selva sea tan verde, ya que es rico en fósforo y resulta fundamental para el crecimiento de las plantas.