Ligera subida de los embalses en enero, pero preocupan algunas cuencas
Las lluvias y el deshielo de principio de mes han provocado un ligero aumento de la reserva hídrica, a pesar de la persistencia de las altas presiones. Sin embargo, hay diferencias importantes dependiendo de la cuenca.
Aún con un solo episodio de precipitaciones importantes en enero, que nuevamente afectó al área cantábrica y Pirineos occidentales, con cantidades importantes y que provocó inundaciones en puntos de Navarra, la reserva en nuestros pantanos ha conseguido seguir repuntando por segundo mes consecutivo.
En lo que llevamos de enero y para observatorios principales, la máxima cantidad de agua recogida, hasta el momento, son los 116,9 l/m2 del aeropuerto de San Sebastián, aunque hay estaciones del País Vasco y de Navarra que han superado los 250 l/m2. Por contra, hay muchas áreas de la Península, en especial del suroreste y por el noreste, donde las precipitaciones están siendo muy escasas o nulas. Con todas estas particularidades, podemos considerar a enero de 2022 un mes más seco de lo normal en el conjunto de las regiones peninsulares.
Las temperaturas se han situado por encima de la media, sobre todo los valores diurnos, ya que las mínimas han sido bajas, con importantes heladas en el interior de la Península Ibérica, debido a la persistencia de la situación anticiclónica. Las rachas de viento nuevamente están siendo una variable importante en algunas regiones, tanto por su intensidad como por su duración. El otro factor a tener en cuenta es la humedad relativa, que este mes ha estado por algo por debajo de lo normal.
Por tanto, de las principales condiciones meteorológicas para la evaporación, todas están siendo adversas para nuestros embalses. Todo esto hace que por semanas tengamos que la reserva de agua aumentó, aunque nos parezca extraño, más que la media de los últimos 10 años, excepto en la última semana que ha disminuido.
Embalses más llenos en las cuencas del norte
Como hemos visto anteriormente, este mes ha tenido un solo momento importante de precipitaciones, entre los días 4 y 11. Primero llegaron las precipitaciones a Galicia, y con el paso de los días se extendieron por la vertiente cantábrica y Pirineos occidentales.
Los embalses que más se deberían haber beneficiado de esta situación serían los de las cuencas más septentrionales, como así ha sido. Por tanto la cuenca que más ha aumentado es la del Miño-Sil, con una subida ligeramente superior al 22%.
De todos los pantanos de estas cuencas, el que más ha crecido es el de Bao, en la provincia de Ourense, con una ascenso del 42%. Este embalse de uso variado, terminado en 1960, tiene una superficie máxima de ocupación de 820 Ha, es alimentado por el río Bibey, y se encuentra a pocos kilómetros de la zona más elevada del Macizo Galaico-Leonés, donde las precipitaciones fueron en forma de nieve y han sido un aporte continuo con el deshielo para los ríos de la zona.
Cataluña, la más perjudicada por la ausencia de lluvias
Como sabemos, el problema de los grandes almacenamientos de agua es la pérdida por evaporación. Los factores que más influyen en ella son la temperatura, el viento y la radiación solar. Por lo que nos encontramos que en este mes de enero todos han sido negativos, aunque las horas de Sol son pocas, la ausencia de nubosidad durante muchas jornadas ha provocado que su efectividad haya sido alta, teniendo en cuenta que las máximas están siendo elevadas, sobre todo los primeros días del mes.
Mantenemos la vigilancia en varios embalses en los que el factor humano ha trastocado en su evolución, sufriendo grandes desembalses durante el verano, principalmente en las cuencas del Duero y del Ebro. Los escogidos son el de Ricobayo en Zamora, que fue vaciado hasta quedarse al 11%, recuperado hasta casi el 32% en la actualidad, y el de Mediano, en Huesca, que bajó hasta el 17%, estando en estos momentos al 30,80% de su capacidad, nada menos que un 26% por debajo de su media de 10 años.
La escasez de precipitaciones y el dominio anticiclónico, con cielos poco nubosos, hace que la cuenca más perjudicada en este mes sea la de Cataluña interna, con una pérdida superior al 5%. Estando al 58% sobre su capacidad total, alejada casi un 20% de su media de los últimos 10 años.
Menos agua embalsada respecto a los últimos años
Estamos en pleno invierno, con el bloqueo anticiclónico característico de esta estación haciendo de las suyas y aunque la reserva total ha aumentado, la situación sigue siendo muy preocupante. Durante este mes hemos ganado 2,47% en el agua embalsada, que en estos momentos está al 45,13%, siete puntos menos respecto a la misma fecha del año pasado, y nos encontramos por debajo de la media de los diez últimos años, un 13%.
Los temporales atlánticos verán dificultada su llegada por la persistencia de la situación anticiclónica, por lo que las cuencas meridionales seguirán sufriendo y las deberemos seguir vigilando. En la actualidad, la cuenca del Guadalquivir es la que se encuentra en la peor situación, con tan solo un 28,5% de su capacidad, siendo la más alejada de su media de 10 años la de Guadalete-Barbate, en torno al 32%. No obstante, la del Guadiana está poco mejor, y apenas se se secuentra al 30%.