El libro de Bill Gates, el mensajero climático
Recientemente (febrero de 2021), Bill Gates ha publicado un libro titulado "Cómo evitar un desastre climático" (Plaza & Janés) en el que plantea la necesidad de tener emisiones (netas) cero de CO2, a escala global, en 2050, para lo cuál apuesta por la tecnología como vía de solución.
Aunque la pandemia de la COVID-19 ha restado protagonismo al cambio climático en los medios de comunicación, la aparición de libros sobre este importante asunto está viviendo una explosión, contándose por decenas el número de títulos nuevos. Encontramos tanto obras escritas por especialistas en el tema, como por autores que no lo son, pero que tienen la necesidad de opinar y ofrecer su visión. Dentro de este amplio y heterogéneo último grupo destaca el reciente libro: “Cómo evitar un desastre climático”, publicado en España por la editorial Plaza & Janés y escrito nada menos que por el mismísimo Bill Gates.
Sólo por ser quien es, el libro se convertirá rápidamente en un éxito de ventas y se contarán por millones sus lectores por todo el mundo. Está por ver si lo que Gates expone en su ensayo ejerce una influencia real (tangible) en el modo de pensar y de actuar de la sociedad occidental actual, que es el público al que va principalmente dirigido, tanto los ciudadanos de EEUU como los europeos, tal y como expone Gates de forma reiterada, con multitud de datos y ejemplos. Su discurso está muy bien construido, diseñado al estilo de “su gran creación”: el sistema operativo Windows; pensado para que lo entienda cualquier usuario, con independencia de cuáles sean sus conocimientos informáticos (del cambio climático en el caso que nos ocupa).
Objetivos y examen de conciencia
Ya desde la primera página, Bill Gates deja claro por dónde van los tiros. La introducción del libro lleva por título: “De 51.000 millones a cero”, ya que para él (y en esto está de acuerdo la comunidad científica) la humanidad tiene que alcanzar emisiones cero (netas y se sobreentiende que de gases de efecto invernadero) en 2050, si quiere evitar el desastre climático al que alude el título de la obra. Para ello, expone Gates que tenemos que invertir mucho más y de forma rápida en las energías renovables, como la solar y la eólica, y también comenta, textualmente, que “debemos crear y comercializar tecnologías de vanguardia que nos ayuden a lograr nuestro objetivo.”
Para ganarse la confianza del lector, Bill Gates reconoce que es un tipo adinerado (no indica que es una de las personas más ricas del mundo), pero con una opinión bien formada sobre el asunto. También se sincera al afirmar que su huella de carbono es desorbitada, aunque confiesa que está trabajando activamente para reducirla, una vez que ha tomado conciencia del problema que acarrean las emisiones de CO2 a la atmósfera, y por último se declara un tecnófilo, aunque matiza que la innovación tecnológica no es lo único que necesitamos para evitar el citado desastre climático. A pesar de esta última confesión, en el libro las referencias a la sostenibilidad y a los limitados recursos naturales del planeta brillan por su ausencia.
El corpus del libro
Es innegable y loable que desde hace tiempo Bill Gates ha invertido grandes cantidades de dinero en multitud de proyectos y empresas que persiguen mejorar algunos de los numerosos problemas a los que se enfrenta la humanidad, y el cambio climático es el de mayor magnitud al que jamás nos hemos enfrentado. Su implicación en la cuestión climática ha ido in crescendo en los últimos años y es lo que le ha llevado a publicar este libro, en plena pandemia mundial, aprovechando el indudable tirón mediático que ha tenido, gracias a sus vaticinios sobre la posibilidad de que viviéramos una situación como la actual.
Su apuesta firme por la tecnología como vía de solución, choca frontalmente con el mensaje de los activistas de “la lucha contra el cambio climático”, que no ven otra salida que cambiar rápida y radicalmente el modelo de sociedad, ya que para muchas personas ese modelo (basado en un consumismo voraz y en un crecimiento económico sin límites) es incompatible con la sostenibilidad y la conservación del medio ambiente, por mucho desarrollo tecnológico que pongamos en marcha.
El libro está dividido en doce capítulos, en los que Gates va abordando distintos asuntos clave, como el suministro de electricidad, la fabricación de las cosas que usamos (bienes de consumo), la agricultura y la ganadería, los medios de transporte, o los sistemas de calefacción y refrigeración. Para cada una de esas cosas, hace estimaciones de las llamadas “primas verdes”, que marcan la diferencia entre el coste actual de, por ejemplo, generar electricidad con placas solares, y el que tendría si se aplica tecnología actual que permita optimizar y rebajar costes, o se invierte en nuevas tecnologías, todavía por desarrollar. El objetivo último es alcanzar las emisiones cero (netas, este matiz es importante) a mediados de siglo. Para Bill Gates lo podremos conseguir, con mucho esfuerzo, gracias a la tecnología. Ese es el principal mensaje que nos traslada con su libro.