¡Las tormentas tienen vida propia! ¿Podemos pronosticar su movimiento?
Los chubascos y las tormentas tienen su metabolismo intrínseco con distintas fases: formación, desarrollo, madurez y disipación. A la vez, su movimiento depende de otros factores como el viento en altura o la corriente en chorro, que sirven para definir su trayectoria.
¿Por qué acaba lloviendo una tarde en la costa del Azahar y no estaba del todo previsto? ¿Por qué llegan chubascos a última hora en una jornada totalmente soleada en Barcelona y la previsión apuntaba inestabilidad en los Pirineos? La respuesta recae en el hecho de que esas tormentas se forman lejos de esas zonas, pero el flujo de viento en altura las acaba desplazando.
Las de la costa del Azahar llegan por los núcleos convectivos que se forman en el Maestrazgo y el flujo del oeste en altura los desplaza hacia allí, mientras que las tormentas vespertinas en Barcelona llegan por las tormentas formadas en el Pirineo y Prepirineo catalán, con un flujo en altura del noroeste. Para saber el grado de dinamismo de una tormenta, hay que avaluar primero su estaticidad. En función de este factor, existen las tormentas 'endógenas' y las tormentas 'exógenas'.
Las tormentas endógenas son aquellas que se forman en un sector geográfico determinado y van descargando en el mismo sitio, con apenas dinamismo o movimiento. Normalmente son fenómenos más localizados y afectan a escala local.
Sin embargo, las tormentas exógenas son aquellos núcleos convectivos que se forman en un punto y el flujo de viento en altura los va desplazando en función de su dirección. Este tipo de tormentas son fenómenos más extensos y pueden llegar afectar distintas provincias e incluso comunidades autónomas.
¿Cómo se pronostican las tormentas 'exógenas'?
Hay varias características propias de las tormentas exógenas que son interpretables en los modelos de predicción:
- El flujo de viento en altura: es el factor principal que determina el movimiento de las tormentas. Por ejemplo, un flujo del oeste impulsará las tormentas hacia el este. Normalmente viene determinado por la corriente en chorro, ese pasillo canalizado de viento fuerte en capas altas de la troposfera que sigue una trayectoria zonal en el hemisferio norte y provoca la ondulación del aire frío, generando borrascas.
- Cizalladura: es el choque de vientos que convergen en un punto determinado y implican ascensos de la masa de aire. Si este cizallamiento tiene persistencia temporal, los núcleos tormentosos no tendrán tanta capacidad para desplazarse. Si este choque de vientos es puntual y luego hay una sola dirección del flujo, sí que tendrán capacidad de movimiento.
- Energía calorífica acumulada en valles y depresiones: el calor también determina el movimiento de las tormentas porque es un combustible que las alimenta. Cuando se forman tormentas en el Pirineo, a menudo van a 'buscar' el calor acumulado en el valle del Ebro. Esta circunstancia puede modificar incluso la trayectoria de los chubascos respecto el flujo en altura establecido en aquel momento.
- Orografía: los factores geográficos locales también juegan un papel significativo. La presencia de un valle, un desfiladero, la desembocadura de un río, un sistema montañoso, etc. pueden condicionar que las tormentas, una vez formadas, sigan esos relieves.
Lunes con tormentas 'exógenas'
Este lunes nos está cruzando una vaguada en altura que nos provocará inestabilidad en muchos puntos del país, especialmente en la mitad este peninsular.
La Comunidad Valenciana y Cataluña se encontraran en la rama ascendente de la vaguada, con lo cual, habrá un flujo marcado en altura del suroeste. La lluvia que se forme se moverá hacia el este-noreste.
Sin embargo, las tormentas que se formen por la tarde en el sistema Ibérico, este de Castilla La Mancha, Comunidad Valenciana, Murcia y Cataluña serán un poco más estáticas porque en altura ya habrá cruzado la rama ascendente de la vaguada y tendremos una transición entre el flujo del suroeste matutino a un flujo del noroeste vespertino.