Las muertes por olas de calor han aumentado un 50 % en solo 20 años
Las olas de calor cada vez más intensas son una de las caras más mortíferas de la crisis climática. En este informe te contamos cómo nuestra forma de vida está en peligro si no se actúa responsablemente.
Los efectos del calentamiento global van haciéndose notar en datos que van más allá de la estadística meteorológica. Según indica la revista científica The Lancet, los impactos negativos sobre la salud por el actual cambio climático empeoran. Uno de los datos más claros es el aumento de muertes por causas que se pueden relacionar con las olas de calor.
Si bien ningún médico indicará como causa de muerte directa el calor excesivo, se pueden observar cómo causas de muerte como las ligadas a problemas cardiovasculares o cerebrales se aceleran en entornos con temperaturas muy elevadas durante varios días. De acuerdo a lo que refleja el diario El País, que toma los indicios señalados por The Lancet, con más calor hay mayor facilidad para la transmisión de enfermedades infecciosas como el dengue o la malaria, menos rendimiento de los cultivos, más población expuesta a los incendios forestales y más horas de trabajo perdidas por las tórridas temperaturas.
Hace 5 años, a partir de la firma del Acuerdo de París, se lanzó The Lancet Countdown, que intenta rastrear los efectos del cambio climático sobre la salud humana. En el reciente reporte de este 2020 queda claro que ningún continente, país o comunidad permanece inmune a los impactos sobre la salud que está mostrando el cambio climático. En el último lustro todos los indicadores han empeorado considerablemente.
El calor mata como la pandemia de COVID-19
Uno de los indicadores que ha mostrado un drástico empeoramiento es el que se relaciona con las altas temperaturas y las olas de calor cada vez más peligrosas. De acuerdo con el informe de The Lancet, en el que participaron alrededor de 120 científicos, en los últimos 20 años el aumento de mortalidad relacionado con el calor excesivo en personas mayores de 65 años ha aumentado un 53,7 %. Sólo en 2018 el número de personas fallecidas como causa del calor excesivo alcanzó las 296.000. Si bien en continentes como África o sectores de Asia, ese tipo de seguimiento es más complejo, la mayor cantidad de muertes se dieron en Japón, el este de China, el norte de la India y Europa central.
Para ponerlo en contexto, el número de muertes asociadas al calor sólo en 2018 representa el 20 % de las muertes producidas por COVID-19 hasta inicios de este diciembre de 2020. Esto indica lo complejo que resulta que la sociedad pueda contactar con los peligros relacionados con la crisis climática, y su rápida aceleración. Otros de los indicadores está relacionado con el aumento de enfermedades infecciosas como el dengue, la malaria (transmitidas por mosquitos) y las bacterias Vibrio. A mayores temperaturas, mejores condiciones para su transmisión.
Calor, incendios y aumento en el nivel del mar
El alto coste en términos de vidas humanas y sufrimiento está asociado con efectos en la producción económica, con una merma considerable en la capacidad laboral potencial. India e Indonesia se encuentran entre los países más afectados, con pérdidas de capacidad laboral potencial equivalentes al 4-6 % de su producto interno bruto anual. Por ejemplo, en Europa, en 2018, el coste monetizado de la mortalidad relacionada con el calor fue equivalente al 1,2 % de la renta nacional bruta regional, o la renta media de 11 millones de ciudadanos europeos.
En muchos lugares sensibles del mundo se observa que los cultivos maduran demasiado rápido, lo que conduce a rendimientos inferiores. Otros datos son realmente contundentes, ya que es información fáctica más allá de cualquier interpretación. Por un lado, 128 países del mundo han sufrido un aumento en la exposición de su población a incendios forestales desde principios de la década del 2000. Y uno de los países que ha vivido un mayor aumento es Estados Unidos. Al mismo tiempo, entre 145 y 565 millones de personas sufren la amenaza del aumento del nivel del mar, que podría aumentar los desplazamientos y migraciones.
Los mismos combustibles que aumentan la contaminación del aire, son los que potencian el cambio climático. Es por ello, que anualmente mueren unas 7 millones de personas en forma prematura por causas ligadas a la contaminación del aire. De la misma forma que el COVID-19 demostró que ningún país resultó vulnerable a una pandemia de este tipo, de igual manera todos los países son vulnerables a una crisis climática que se acelera año tras año.