¿Las lluvias de esta semana podrían paliar la grave sequía que sufre España?
Las previsiones muestran que en unos días tendremos un nuevo episodio de chubascos y tormentas que podrían afectar a buena parte de España. ¿Serán suficientes para acabar con la sequía que azota a varias regiones? Aquí te lo explicamos.
La primera quincena de mayo nos ha traído un cambio de tendencia de la situación meteorológica en España. Justo cuando estamos a las puertas del verano climatológico, que comienza el próximo 1 de junio, ha llegado el tiempo típico de primavera tras unos meses de marzo y abril que fueron muy secos en gran parte del país, dejándonos también unos cuantos récords de calor (y también de frío).
Las fuertes tormentas han sido noticia en los últimos días, descargando puntualmente con intensidad, hasta el punto de provocar anegamientos y crecidas repentinas en cauces por los que no circulaba el agua desde hace unos cuantos meses. También ha hecho acto de presencia el granizo, donde en algunas zonas ha acabado de rematar a aquellos cultivos que ya estaban en una situación crítica debido a la sequía.
Esta semana vuelven las tormentas, ¿es el fin de la sequía?
Por otra parte, tal y como hemos explicado en Meteored, esta semana volverá a llover con intensidad en varias regiones, y si se cumplen las previsiones de nuestro modelo de confianza, a partir del jueves los aguaceros podrían extenderse a buena parte de España, dejando acumulados que localmente serán destacables.
¿Es el fin de la sequía? Pareciera que así fuera viendo las imágenes que han circulado por las redes sociales y medios de comunicación de barrancos desbordados y calles inundadas. Desgraciadamente, la realidad es bien distinta: la situación de sequía sigue siendo bastante grave en algunas regiones peninsulares.
Estas precipitaciones, principalmente convectivas, son extremadamente irregulares, con grandes diferencias en distancias muy cortas. De hecho, los registros suelen ser dispares incluso en una misma ciudad. En ningún caso hablamos de precipitaciones generalidades, y en ciertas comunidades están igual o peor que a principios de mes.
Por otra parte, estos aguaceros intensos tienen impactos negativos cuando el suelo está tan seco. El terreno no absorbe el agua, generándose una importante escorrentía superficial que agrava el problema de la erosión. Pero no todo es malo, ya que las tormentas, allí donde han descargado durante varios días, han aliviado de forma local la sequía.
Un mes no arregla el déficit de años o meses
En Meteored hemos explicado en las últimas semanas que un mes de superávit pluviométrico no soluciona el déficit que en varias regiones arrastran desde hace meses o años. Tendríamos que haber tenido unos cuantos temporales atlánticos muy potentes y consecutivos, como en mayo de 2018, pero la realidad es que no llegaron ni en marzo ni en abril.
Aunque en algunos lugares llueva mucho este mes, salvo en algún caso muy excepcional la sequía nos seguirá acompañando. A pesar de las precipitaciones, embalses, acuíferos y ríos están en mínimos en aquellas comarcas más golpeadas por la sequía. Pero por otra parte, mejor tener esta situación que nada a las puertas del verano.
¿Dónde es más severa la sequía?
De acuerdo con el Monitor de Sequía Meteorológica del CSIC, según los datos del Índice de Precipitación Evapotranspiración Estandarizada, teniendo en cuenta la situación de los últimos 12 meses podemos observar que en prácticamente toda la mitad sur, centro, Cataluña, buena parte de Castilla y León, valle del Ebro y en otras zonas del entorno de la Cordillera Cantábrica la sequía es más severa.
Tan sólo se libran la mayor parte de Baleares (gracias a Juliette), algunas zonas de Canarias (evento de lluvias predecesoras asociado a Hermine), el oeste de Galicia (por el constante paso de frentes en los últimos meses) y puntos del oeste de Extremadura, Pirineo aragonés y pequeños reductos muy localizados y dispersos por otros rincones de la geografía española.
En definitiva, la situación sigue siendo muy preocupante. El agua embalsada en ciertas cuencas sigue estando en niveles muy bajos (alguna se ha recuperado levemente en estos días), en el campo el panorama es dantesco y nos espera un nuevo verano con restricciones. Y muy probablemente, hasta el otoño e invierno no llegarán las necesarias lluvias generales.
Habrá que concienciarse este verano. Del grifo puede salir agua y parece que la sequía es algo que sólo golpea al campo, pero esto en absoluto es así. Entre todos podemos aportar nuestro granito de arena para evitar que los próximos meses sean duros. Esperemos que este cambio de tendencia de mayo sea el pistoletazo de salida de un período más húmedo y que no sea sólo un espejismo.