Las 5 comidas típicas que nunca faltan en las Fallas de Valencia
Llegan los días grandes de València, donde además de mascletá, verbenas, fuegos artificiales y la tradicional Cremá, se come, y mucho: apunta lo que no puedes perderte "culinariamente" hablando.
Se oye hablar de ellas desde que empieza marzo, pero la semana grande de las Fallas arranca justamente ahora, del viernes 15 al martes 19 de marzo, festividad de San José que culmina con la cremà.
Las Fallas 2024 ya están aquí, y si eres uno de los afortunados en disfrutarlas, aquí tienes un listado de comida que no puedes dejar de degustar estos días en la terreta.
Porque no sólo de paella vive València
Es obvio que la paella es la comida valenciana por excelencia, y se come, no sólo en estas fechas sino durante todo el año.
Por eso vamos a hilar más fino, desgranando otro tipo de platos suculentos que degustar entre mascletá y mascletá.
L' esmorzaret, todo un ritual para los valencianos
Lo que suele hacer un valenciano (fallero o no) estos días de festejos es intentar no desayunar, o tomar lo mínimo para hacer lo que se llama "l'esmorzaret", tradición que procede de la huerta de València, donde, tras una dura jornada de trabajo labrando, se pasaba directamente al almuerzo.
Y de eso va la cosa: es un buen almuerzo que se toma entre las 09:00 y las 12:00 g, y suele ser un bocadillo tamaño XXL a rebosar, que se ha convertido en un ritual casi sagrado en tierras valencianas. Son varios los típicos, pero uno de los preferidos es el bocadillo Almussafes.
All i pebre, pero siempre con pescado
Y si tras este copioso almuerzo aún te quedan ganas de comer, tienes que probar el all i pebre, otro de los platos más emblemáticos de la gastronomía fallera. Traducido literalmente significa "ajo y pimentón", y suele prepararse junto a pescados, aunque el más usado es la anguila, un pescado que abunda en la Albufera.
Un buen arroz del senyoret tampoco puede faltar en estas fechas
Y si hablamos de comida valenciana (obviando la paella) no podemos seguir sin mencionar el arroz, en este caso el del senyoret, un concepto que tiene su origen en el pasado, cuando los 'señoritos valencianos' comía arroz de marisco sin tener que hacer ningún esfuerzo, o lo que es lo mismo, sin mancharse las manos.
Cuenta la leyenda que hacia el año 1950 un grupo de amigos visitaba con frecuencia un restaurante en la valenciana playa de la Malvarrosa, y que uno de ellos, conocido como el Senyoret, siempre pedía que le sirvieran el arroz sin piel ni espinas. Lo demás, ya es historia.
Acabar una extenuante jornada con buñuelos y chocolate
Y no podemos irnos sin dedicar un apartado a la parte dulce, que también la hay, de la gastronomía valenciana. Además de los churros con chocolate, que también se comen y mucho, destacan los los buñuelos de calabaza o “bunyols de carabassa”.
Es una tradición que se remonta al siglo XVIII, cuando el gremio de carpinteros de la ciudad sacaba sus muebles viejos de madera a la calle para quemarlos la noche víspera al día de San José, su patrón. Sus mujeres, en un afán de llenar de sabor esas primeras fallas, sacaban grandes bidones de hierro y cocinaban buñuelos de viento para ellos, que más tarde empezaron a hacerse de calabaza.
La guinda del pastel: el café cremaet
No podemos irnos sin tomarnos un delicioso café, lo que en València llaman el café cremaet o carajillo quemado, bebida que se elabora con una base de café al que se añaden licores como el ron o el brandy, y para después equilibrar los sabores con azúcar, canela en rama y piel de cítricos.
Si lo pides, eso sí, cerciórate de que te lo sirvan en vaso de cristal. Un buen cremaet así lo exige, para poder diferenciar las tres capas: la primera es la crema del café, la segunda es el café solo y la tercera, el ron quemado.