Las 10 peores gastronomías del mundo, según una revista especializada
¿Te encanta el bocata de sardinas? Pues para la considerada enciclopedia mundial de la gastronomía es uno de los peores platos del mundo. En este controvertido ranking hay otras propuestas culinarias que también son delicias en sus países de origen.
Imaginemos un grasiento plato ideado para ponérselo fácil a jóvenes resacosos que no saben si elegir pizza o hamburguesa después de una noche de fiesta. U otro elaborado con un ingrediente que también sirve para ahuyentar a los mosquitos.
Como en otras facetas de la vida, para gustos… sabores. Sin embargo, Taste Atlas, una de las guías alimentarias más reconocidas, considerada una enciclopedia mundial por los amantes de la comida, ha decidido elaborar un ranking con las peores propuestas gastronómicas del planeta.
La clasificación no deja de ser polémica, porque lo que para algunas personas son verdaderas aberraciones culinarias, para otras se trata de exquisitos manjares, además de una parte importante de su gastronomía tradicional.
Los peor valorados
En base a las opiniones de usuarios recopiladas por Taste Atlas, estos son, por orden, los platos más repugnantes entre los valorados:
- Hákarl, Islandia: A base de carne curada de tiburón peregrino o tiburón de Groenlandia, su fuerte sabor y sus altas concentraciones de amoniaco pueden producir náuseas.
- Hamburguesa de Ramen, Nueva York, Estados Unidos: En esta receta se sustituye el pan por una pasta de ramen (fideos orientales) que se pasa por la sartén para que adquiera consistencia.
- Yerushalmi Kugel, Jerusalén, Israel: Esta especie de pastel dulce y picante se realiza con espaguetis finos, azúcar, huevos y pimienta.
- Kalvsylta, Suecia: Es una gelatina de ternera (aunque también se puede hacer con cerdo) adobada con cebolla y especias como laurel y pimienta. Se come fría y es típica de las Navidades.
- Sklandrausis, Courlanda, Letonia: Pastel dulce hecho con harina de centeno y un relleno de patata o zanahoria. Se sazona con semillas de alcaravea.
- Chapalele, Isla de Chiloé, Chile: Masa hecha de patatas cocidas y harina de trigo que posteriormente se hornea.
- Calskrove, Suecia: Pizza calzone rellena de hamburguesas y patatas fritas. Es un invento del restaurante Tre Kronor de la ciudad sueca de Skellefteå.
- Bocadillo de carne de caballo, Valencia, España: el más típico se prepara con media barra de pan a la que se añaden patatas a lo pobre y finos filetes de carne de caballo hechos ‘vuelta y vuelta’. Otra propuesta típicamente española, el bocata de sardinas, tampoco sale muy bien parada en la clasificación.
- Sandwich de Marmite y patatas fritas, Nueva Zelanda: Elaborado con una pasta comestible para untar hecha exclusivamente con extracto de levadura.
- Ryynimakkara, Finlandia: Es un tipo de morcilla realizada con gachas de avena.
Otras propuestas gastronómicas extremas
Fuera del top ten de la clasificación de Taste Atlas han quedado otros platos que, frecuentemente, son considerados muy difíciles de degustar para quienes no están familiarizados con ciertos ingredientes o tipos de cocinado.
Hablamos, por ejemplo, del surströmming. Este arenque fermentado típico de Suecia tiene un olor extremadamente fuerte y penetrante. Tanto, que su aroma ha llevado a que haya sido prohibido en algunos lugares públicos.
Otra experiencia culinaria extrema son los escamoles de México. Este "caviar mexicano" de textura cremosa y sabor a nuez, está elaborado con larvas de hormigas. Lo mismo ocurre con el casu marzu, originario de Cerdeña, en Italia, un queso de oveja blando que contiene larvas vivas de gusanos.
Asia, a la cabeza de platos difíciles de comer
Pero si hablamos de platos difíciles, el continente asiático se lleva sin duda la palma. En Filipinas es típico el huevo de pato fertilizado con un embrión parcialmente desarrollado. El plato se conoce como balut, y es difícil de degustar por su apariencia y textura, a pesar de que allí se considera una delicia (y un afrodisiaco).
En China se sirve el stinky tofu, que tiene un olor que recuerda a basura podrida por su proceso de fermentación. Del gigante asiático es también el century egg, un huevo preservado en una mezcla de arcilla, cenizas y otros ingredientes durante varias semanas o meses, lo que le confiere una textura gelatinosa y un sabor muy fuerte.
Otra propuesta culinaria inquietante para los no acostumbrados son los tuna eyeballs de Japón. O, lo que es lo mismo, ojos de atún que se sirven cocidos o crudos. Su sabor es suave, pero su aspecto ‘baboso’ hace difícil dar el paso de introducirlos en la boca.
Del sudeste asiático es típico el durian, una fruta conocida por su olor extremadamente fuerte y desagradable, que ha sido comparado con el de las alcantarillas. Sin embargo, tiene muchos adeptos por su sabor dulce y cremoso.
Y en Corea del Sur puede encontrarse el sannakji, una cría de pulpo que se sirve viva y cortada en trozos que se mueven al ser servidos. Además de una experiencia desconcertante es también algo peligroso, ya que las ventosas pueden adherirse a la garganta.