La tradición ancestral que predice la llegada del otoño con la castaña, el vino y el fuego como protagonistas

Durante las dos primeras semanas del mes de noviembre, los gallegos se sumergen en la celebración de una otoñal y tradicional fiesta que vincula el fuego, las castañas y el vino.

El magosto es una celebración muy extendida en Galicia, típica del otoño.

El otoño trae consigo numerosos cambios, como la vuelta al horario de invierno, pero también olores muy característicos. Uno de los aromas más representativos en España durante esta época es el de las castañas asadas sobre las brasas. Sin embargo, en Galicia, esta tradición adquiere una dimensión más compleja y significativa. Y es que la cultura gallega siempre ha asociado las castañas con el espíritu de los fallecidos.

El magosto es asar castañas al fuego para degustarlas, por lo general, acompañadas de un buen vino gallego, preferentemente tinto. Esta tradición se hace cada año en cada pueblo, aldea y ciudad de Galicia. Se celebran cuando es época de castañas, especialmente las dos primeras semanas de noviembre

Según una antigua creencia, en cada magosto, la liberación de un alma del Purgatorio ocurre cada vez que una castaña se abre en el fuego. Este ritual simbólico convierte la fiesta en un evento donde los gallegos participan rodeados de castañas, fuego, vino y un profundo sentido de comunidad. Estas celebraciones se extienden desde el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, hasta el 11, cuando se conmemora a San Martiño.

Aspectos más importantes del magosto

El antropólogo e historiador gallego Antonio Fraguas Fraguas destacaba una diferencia importante: asar castañas en una hoguera es sólo una pequeña parte del magosto. La verdadera esencia de esta celebración radica en la fiesta misma, que involucra una combinación de elementos como la cosecha, el fuego y el vino joven. Es un momento de unión, de diversión, de celebrar la vida y recordar la muerte, de compartir risas y, por supuesto, de embadurnarse de hollín.

  • Las castañas, procedentes de árboles longevos, son un símbolo de eternidad y conexión con las generaciones pasadas.
  • El vino joven que, según el destacado galleguista Manuel Murguía, encarna la idea de renacimiento. Además, es imprescindible acompañar la celebración con una tradicional queimada, cuyo ritual espanta los malos espíritus.
  • El fuego, como elemento central de purificación, juega un papel importante en la liberación de las almas atrapadas en el purgatorio. Saltar sobre la hoguera, al igual que se hace durante la festividad de San Xoán, también actúa como un acto de limpieza espiritual.

Historia del magosto en Galicia

El magosto es una celebración profundamente vinculada a las tradiciones gallegas, tanto como las cosechas y el árbol que la hace posible. Los castaños, que han sido parte del entorno gallego durante siglos, son fundamentales en esta fiesta. La introducción de estos árboles en Galicia se atribuye a los romanos, quienes trajeron consigo especies más fértiles que las nativas, facilitando su rápida expansión por todo el territorio. Así, los castaños no sólo arraigaron en el paisaje, también en el corazón de la cultura y las festividades gallegas.

A lo largo de los siglos, la castaña fue vital para Galicia, beneficiando a terratenientes, monasterios, nobles y arrendatarios. Todo del castaño se aprovechaba: madera, fruto y restos. Surgieron soutos y, a menudo, las rentas se pagaban en castañas, llamadas "el pan de los pobres". Pero en el siglo XIX, varias plagas devastaron los castañares, impulsando cultivos como la patata y el maíz.

Para celebrar la cosecha, vecinos y amigos se reunían, las mujeres recogían las castañas y los hombres traían el vino, terminando con bailes y rostros decorados con ceniza, tradición aún vigente.

En esta época se consolidó la ubicación actual de los castaños, que perduran principalmente en las zonas interiores de Lugo y Ourense. Estos árboles centenarios son parte esencial de la identidad gallega, como el imponente ejemplar milenario de Manzaneda, con 14 metros de perímetro. Manuel Murguía veía en el Magosto un ritual funerario, donde las castañas representaban la muerte y el vino la resurrección.

Para celebrar la cosecha, vecinos y amigos se reunían, las mujeres recogían las castañas y los hombres traían el vino, terminando con bailes y rostros decorados con ceniza, tradición aún vigente.

Ritos asociados al magosto

Existen una serie de ritos y creencias asociados a esta celebración.

  • Cada castaña que estalla en el fuego simboliza la liberación de un alma del purgatorio.
  • Es fundamental mantener la hoguera encendida para que las almas puedan calentarse.
  • Si las llamas de las "lareiras" (chimeneas de piedra) en casa se mueven, es señal de que las ánimas están presentes.
  • Cada vez que un niño consume una castaña, se libera un espíritu. Hasta hace poco, se hacía un collar de castañas asadas, conocido como “zoncho”, que se colgaba del cuello del niño para que liberara almas mientras comía.
  • Los asistentes a esta fiesta se cubren la cara con ceniza para disfrazarse. Antiguamente, los magostos se celebraban en los montes, y aquellos que regresaban tiznados eran vistos como los vivos que volvían del más allá para asustar a los demás.

Otros magostos que se celebran en España

La palabra magosto procede de las palabras latinas Magnum Ustum, que significan “Fuego Mágico”. Y Galicia no tiene la exclusiva de la celebración de esta fiesta tradicional. En la zona leonesa del Bierzo también se festeja el Magosto, especialmente en localidades Camponaraya, Vega de Espinareda, Cacabelos, Páramo del Sil o Santa Marina del Sil. De hecho, ha sido declarada de Interés Turístico de Castilla y León.

En Cantabria también se celebra, aunque cambian el nombre a magosta. Igualmente, es una celebración asociada a la castaña. La provincia de Salamanca es otra de las que se apunta a celebrar el Magosto, sobre todo en La Alberca, San Martín, Mogarraz o Candelario, y la castaña vuelve a ser la protagonista.