La sorprendente 'torre invertida' de Sintra: descubre el secreto que esconde el edificio más profundo de Europa
Es uno de los atractivos de este palacio luso y está situado en su jardín. Este sorprendente lugar excavado en la tierra es una visita obligada por sus espectaculares medidas.
Nadie diría que tras esas imponentes paredes se esconde un tesoro de belleza incalculable. Estamos hablando del Palacio da Quinta da Regaleira, situado en Sintra, una preciosa población lusa situada a media hora de Lisboa.
A simple vista puede parece uno más de los muchísimos palacios que tiene esta localidad a la que llaman la capital romántica de Europa, una especie de Versalles portuguesa.
Un pozo iniciático masónico en sus jardines
Pero si uno se adentra en este palacio, que por cierto es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1995, se encuentra con algo inesperado: una profunda oquedad, una especie de pozo con una particularidad, tiene escaleras y arcos con paredes cubiertas de musgo que le dan un aire misterioso.
Se trata de uno de los lugares más visitados del palacio, y además está situado en sus jardines. Levantado en lo que es una mezcla de estilos neogótico y manuelino, renacentista y medieval, se cree que servía para rituales masónicos en una especie de representación del tránsito de la muerte a la reencarnación.
En lo más profundo del pozo, que mide 27 metros, hay una cruz templaria de mármol. Se trata de una galería con escalera en espiral que separa cada uno de los nueve pisos por 15 peldaños, decorado además con claras referencias a la Divina Comedia de Dante, con figuras que evocan el Cielo y el Infierno.
Y aunque el pozo iniciático llama especialmente la atención, no es el único atractivo del lugar, pues posee otros tesoros de valor incalculable. Cerca de la entrada superior se encuentra el monumental Portal de los Guardianes, con dos tritones que vigilan a todo aquel que se adentre en su interior.
Si uno se pierde por el inmenso palacio puede visitar lagos, jardines, túneles, e incluso una capilla, o torres como la octogonal, que compite en protagonismo con la torre invertida. Destacan los apuntes y bocetos que el diseñador del palacio, Luigi Manini fue tomando en todos sus viajes, y que posteriormente dieron vida a lo que hoy es el palacete.