¿La sequía estallará pronto en tormentas y lluvias fuertes en la zona mediterránea? Las opciones según los climatólogos

Algunas comunidades mediterráneas están viviendo un período extremadamente seco, en algunos casos sin parangón en las series históricas. Las sequías ahora son más recurrentes y adversas, pero también las danas.

Por consenso científico, una tendencia en el tiempo de una región comienza a hacer mella en el clima cuando se observa durante al menos 30 años. El historial de sequías cortas pero extremadamente intensas está a punto de atender a ese rango. Se comenzaron a experimentar en nuestro país en torno al comienzo del siglo XXI y los climatólogos ya ven suficientes indicios como para afirmar que han sustituido a las que habitualmente vivíamos.

Las sequías están cambiando en España

Tenemos registros de sequías largas desde el siglo XVIII. Antes también había, pero no podemos encontrar datos tan reveladores. Entre los años 1749 y 1753 la mitad norte de la península registró una muy grave, que llegó a secar ríos en la España húmeda.

En fechas más recientes, ya en la segunda mitad del siglo XX, vivimos otras dos sequías muy duraderas, una a principios de los años ochenta y otra al comienzo de los noventa, que se alargaron durante 4 años y provocaron notables restricciones de agua en ciudades como Sevilla. Desde entonces, los expertos han observado que cuando deja de llover lo hace de forma más abrupta y, de repente, la pluviometría de algunas regiones españolas es comparable a la del Sahara.

Inundaciones
La alternancia entre sequías extremas y lluvias intensas, muchas veces vinculadas a danas, cada vez es más rápida.

A finales de abril la Asociación Valenciana de Meteorología (AVAMET) organizó un encuentro para sus socios en la localidad valenciana de l’Olleria. Una de las actividades programadas fue una ponencia a cargo de Jorge Olcina, Catedrático en Geografía y reconocido climatólogo a nivel nacional, que se mostró tajante: “El balance de energía de la Tierra se ha desajustado y eso está cambiando el clima terrestre, no caben los negacionismos”.

Una de las novedades que se están notando particularmente en España es ese cambio en la idiosincrasia de las sequías. “Es un rasgo propio del clima ibérico, sólo que ahora parece que tiene menos duración pero más intensidad. Ya no se encuentran sequías de 4 o 5 años”, compartió Olcina.

Los novedades observadas en las lluvias

En los últimos meses la Comunidad Valenciana es un claro ejemplo de este nuevo escenario. Según datos de la AEMET, el inicio del actual año hidrológico (del 1 de octubre al 30 de abril) es el más seco de la serie histórica considerada, que arranca en 1950. En este período se han acumulado 92,5 litros por metro cuadrado (l/m2) de media en esta región, cuando lo normal son 337,4 l/m2, con lo que el déficit de los últimos siete meses es de un asombroso 73%.

Lluvias en la Comunidad Valenciana
El actual año hidrológico en la Comunidad Valenciana está batiendo todos los récords debido a la ausencia de precipitaciones.

En Cataluña tenían una situación similar hasta hace unas semanas, pero ahora ha comenzado a llover, aunque el camino para volver allí a la normalidad será largo. La pluviometría a largo plazo no parece haber cambiado en gran parte de España, llueve en menos días pero de forma más intensa. Donde sí se observa un déficit es en la franja central de la península, “por allí las borrascas entran con menos efectividad, es la zona donde más se nota”, añadió.

No pasarán años hasta que vuelva a llover con fuerza en el este peninsular

Eso es lo que dice la casuística de las últimas décadas, aunque tampoco suena muy tranquilizador. Estando a un paso del verano climatológico, esperar que haya algún gran temporal mediterráneo en los próximos tres meses es poco menos que una utopía. Podría ocurrir, pero es francamente difícil.

Lo que sí podríamos ver, mientras tanto, son episodios de tormentas muy adversas, como los que han venido sucediendo en los últimos años en época estival. Suelen ocurrir cuando llega una DANA y lo curioso es que estas, al igual que las sequías súbitas, parecen ir a más. “Hay estudios que dicen que las danas son ahora un 10 o 20% más abundantes en latitudes medias”, dijo el geógrafo alicantino.

Los mencionados desajustes en el balance de energía hacen que las masas de aire se desplacen para encontrar el equilibrio, esto siempre ha sucedido, pero ahora quizá lo hagan de forma más incisiva. “Aquí nos vemos afectados con rapidez por masas de aire polares y subtropicales”, reflexionó Olcina, para después añadir “la célula de Hadley está expandiéndose pero también se están exacerbando esos movimientos”. A efectos prácticos esto supone que tendremos episodios de calor acusado y sequías, pero también más inundaciones.

Hace tiempo alguien me dijo una frase lapidaria que jamás he olvidado: «Cuando no quiere llover…». Es un argumento facilón que quizá nunca habrían esgrimido los padres de la meteorología moderna, Vilhelm Bjerkness o Tor Bergeron, y se habrían equivocado.

Fragmento de una colaboración con Levante EMV.

El modelo europeo anticipa un verano más cálido y seco de lo normal en España, ahí da poco pie a la esperanza. Para el próximo otoño sí prevé precipitaciones normales en gran parte de la mitad este peninsular, a excepción del extremo sureste, por allí augura lluvias deficitarias. Quizá a partir de ahí cambie la suerte.