La ruta del Flysch entre Zumaia y Mutriku, un paraíso geológico en la costa vasca

Descubrimos un auténtico viaje en el tiempo a través de millones de años de historia geológica en esta increíble ruta costera, donde además podrás disfrutar de unas vistas impresionantes al Cantábrico.

flysch
Esta llamativa formación de capas rocosas de origen sedimentario cuenta con unas características determinadas.

Hablar de la costa vasca es fusionar los colores azul y verde. Azul de su mar y verde de sus montañas, una zona que sin duda destaca por su belleza natural y su rica historia geológica.

Hoy nos vamos a adentrar en uno de sus rincones más bellos, una ruta costera espectacular, no sólo por sus impresionantes acantilados y playas, sino también por su singular formación rocosa conocida como flysch.

Ruta costera con rocas de más de 100 millones de años

Para ello, tenemos que viajar hasta Guipúzcoa, concretamente a los municipios de Zumaia y Mutriku, donde podemos contemplar este sorprendente y precioso fenómeno geológico que atrae a científicos, geólogos y amantes de la naturaleza por igual.

Lo que hace especial a esta zona es su exposición y accesibilidad, porque su ubicación permite a los visitantes observar claramente los estratos que cuentan la historia de nuestro planeta.

El flysch es una formación rocosa sedimentaria compuesta por capas alternas de rocas duras (calizas, pizarras o areniscas) y blandas (margas y arcillas) formadas a lo largo de millones de años por procesos geológicos y sedimentarios. Después, la erosión diferencial hizo su trabajo, siendo el resultado algo que tiene cierto parecido a una tarta de hojaldre milhojas.

youtube video id=dHrGNIYAwwE

Desde la playa de Itzurun en Zumaia hasta el puerto de Mutriku, la ruta del flysch ofrece un viaje visual a través del tiempo geológico. Aquí, los visitantes pueden caminar entre acantilados que muestran capas de rocas que datan de hace más de 100 millones de años, cuando esta región estaba sumergida bajo el mar.

Zumaia, la puerta de entrada al flysch

El punto de partida para explorar esta magnífica ruta es Zumaia, un encantador pueblo costero con calles empedradas y vistas panorámicas al mar Cantábrico. La playa de Itzurun, famosa por sus impresionantes formaciones rocosas y su arena dorada, es el inicio de la ruta.

Los acantilados de Zumaia revelan capas de flysch que muestran cómo los sedimentos marinos se han transformado en roca a lo largo de los milenios, y cubren una franja de 8 km a lo largo de la costa. Aunque solo se pueden ver entre 200 y 300 metros de estas formaciones rocosas desde la orilla, en realidad se adentran hasta 5 kilómetros en el mar.

Descubriendo el patrimonio geológico y cultural en Mutriku

A medida que uno va caminando por la costa llega a Mutriku, otro tesoro histórico y geológico en la ruta del flysch. Un puerto pesquero que ofrece, además de vistas espectaculares de los acantilados, la oportunidad de explorar las calles estrechas y bien conservadas de su casco antiguo.

La importancia científica del flysch ha hecho que forme parte del Geoparque de la Costa Vasca y que esta zona se haya declarado como biotopo litoral protegido.

Mutriku es conocido por su particular formación geológica conocida como "Las Salinas", donde los estratos de flysch se exhiben de manera impresionante, creando un paisaje único. Otro de los encantos de esta población son las piscinas naturales situadas entre el rompeolas y el puerto, que se llenan de agua de manera natural con el vaivén de las mareas.

Además de su patrimonio geológico, Mutriku también ofrece a los visitantes la oportunidad de disfrutar de la gastronomía local, con delicias como el pescado fresco y los pintxos tradicionales en sus tabernas. Sin duda, una oportunidad única que uno no debe dejar pasar si se acerca por esta preciosa zona del Cantábrico.