La preocupante advertencia de unos científicos en Nature: la Antártida se está derritiendo a un ritmo sin precedentes
Varios factores, todos relacionados con el calentamiento global, provocan este fenómeno que afecta a la principal reserva de agua dulce del planeta, tiene efectos globales y que será determinante en el aumento de la frecuencia de eventos atmosféricos extremos.
Es uno de los temas más preocupantes en el debate sobre el cambio climático. La Antártida, que almacena aproximadamente el 60% del agua dulce del planeta en forma de hielo y desempeña un papel crucial en la regulación del clima global, se derrite a un ritmo sin precedentes desde que hay registros.
Las imágenes de los datos satelitales empleadas en un reciente estudio de las universidades de Exeter y Hertfordshire, ambas en Reino Unido, y del British Antarctic Survey, publicado en Nature Geoscience, no mienten: en la península Antártica, la porción de tierra más septentrional del continente, la cubierta vegetal se ha multiplicado por diez en los últimos años.
Las consecuencias de la alarmante pérdida de hielo son potencialmente catastróficas para el nivel del mar y los ecosistemas marinos, y están suponiendo que la cubierta vegetal en el continente helado se expanda a un ritmo de 400.000 metros cuadrados al año.
Aceleración en la pérdida de hielo: datos de vértigo
Desde la década de 1990, la Antártida ha triplicado su tasa de pérdida de hielo. Según un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), entre 1992 y 2020, la masa de las plataformas de hielo oceánicas (las extensiones de capas de hielo que flotan sobre el mar), ha perdido 2670 gigatoneladas (1 gigatonelada equivale a 1000 millones de toneladas).
Dicho en otras palabras: la masa total de hielo disminuye a un promedio de 148 miles de millones de toneladas por año desde 2002. En la Península Antártica ya se han perdido áreas de 6693 kilómetros cuadrados. Y en la Antártida Occidental, una región que alberga glaciares especialmente vulnerables, como el Thwaites, conocido como el "glaciar del Juicio Final", la superficie afectada es de 5563 km².
Mientras tanto, la Antártida Oriental, más fría, ha mostrado mayor estabilidad, aunque algunos estudios apuntan a que también está perdiendo hielo en ciertas áreas.
Las causas del deshielo
El deshielo del continente antártico se está viendo impulsado por varios factores que se interrelacionan entre sí.
- Calentamiento de los océanos: el aumento de la temperatura del agua de los océanos es una de las causas principales de este fenómeno. Cuando las corrientes oceánicas más cálidas erosionan las plataformas de hielo desde abajo, las debilitan y hacen que los glaciares fluyan más rápidamente hacia el mar.
- Aumento de la temperatura de la atmósfera: aunque la Antártida sigue siendo extremadamente fría, los efectos del calentamiento global hacen que ciertas regiones aumenten de temperatura durante el verano austral, lo que provoca el derretimiento de la superficie del hielo.
- Cambios en vientos y corrientes: las alteraciones que se están produciendo en los patrones de vientos y corrientes oceánicas ocasionan la redistribución del calor hacia las áreas más sensibles de la Antártida.
¿Qué consecuencias tendrá para el planeta?
El impacto del deshielo antártico no es, ni mucho menos, un problema exclusivamente local, sino que afecta a todo el planeta. Uno de sus efectos más inmediatos es el aumento del nivel del mar. Actualmente, el derretimiento del hielo de la Antártida supone que, a nivel global, el nivel del mar aumenta 0,4 milímetros por año.
Una cantidad que no es despreciable y a la que hay que sumar el deshielo que se produce en otras regiones, lo que aumenta el riesgo para las comunidades costeras.
Por si fuera poco, el agua dulce que se libera con el deshielo es capaz de alterar corrientes oceánicas que son fundamentales en la regulación del clima global, como la circulación termohalina.
Esto podría afectar a los patrones meteorológicos, desencadenar cambios climáticos impredecibles y abruptos, y aumentar la frecuencia de eventos extremos.
El deshielo también tiene graves consecuencias para los ecosistemas marinos. El colapso de las plataformas de hielo, que actúan como barreras naturales que regulan el flujo de los glaciares hacia el océano, podría desestabilizar hábitats y amenazar especies como el kril antártico, que es la base de la cadena alimentaria de ballenas, focas, pingüinos, albatros y muchas otras especies de aves.
El futuro que nos espera si no se frena el deshielo antártico
Los modelos climáticos proyectan que, incluso aunque se reduzcan significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero, el deshielo va a continuar.
De hecho, algunos expertos han advertido sobre la posibilidad de que se hayan alcanzado puntos de no retorno, y que ciertos procesos de deshielo sean ya irreversibles.
A pesar de ello, es de vital importancia ralentizar el ritmo y la magnitud del deshielo, lo que va a depender de las acciones que lleven a cabo en las próximas décadas. Un desafío en el que el compromiso y la cooperación internacional son imprescindibles.
Referencias de la noticia
Bradley, A.T. y Hewitt, I.J., 2024, Punto de inflexión en el derretimiento de la zona de apoyo a tierra de la capa de hielo debido a la intrusión de agua oceánica. Nature Geoscience. 17, 631–637. DOI: 10.1038/s41561-024-01465-7
Thomas P. Roland, Oliver T. Bartlett, Dan J. Charman, Karen Anderson, Dominic A. Hodgson, Matthew J. Amesbury, Ilya Maclean, Peter T. Fretwell, Andrew Fleming., 2024, Sustained greening of the Antarctic Peninsula observed from satellites. Nature Geoscience. DOI: 10.1038/s41561-024-01564-5