La plaga que está arrasando las cosechas de almendra
La avispilla del almendro (Eurytoma amygdali Enderlein) está considerada como una de las plagas más graves que afectan a los almendros en la actualidad.
Se está hablando mucho de la Xylella Fastidiosa pero hay una plaga igualmente preocupante, que está afectando a la producción de almendra. Una avispilla pequeña, ¿verdad? Pero devastadora.
La avispilla del almendro está muy extendida y tiene efectos devastadores
Es un himenóptero (insectos con dos pares de alas membranosas y aguijón en su parte trasera) de la familia Eurytomidae, que se extiende por numerosos países de Europa, Oriente Medio y la antigua Unión Soviética (Ucrania, Rusia, Macedonia, Francia, Grecia y España entre otros). En nuestro país los primeros focos de esta plaga fueron detectados en el año 2010 en la provincia de Albacete (Castilla-La Mancha), detectándose con posterioridad en otras comunidades como Aragón (2015) y la Comunidad Valenciana (2016), por lo que su avance está siendo rápido en muy corto espacio de tiempo. Su devastación es muy alta, ya que arrasa hasta más de un 90% de la producción de almendra en los arboles afectados sino se trata anualmente y en unas fechas muy concretas.
La plaga aguanta durante todo el año dentro de los frutos afectados
Es una plaga que tiene una generación anual, ya que el insecto realiza en primavera su puesta en la almendra recién cuajada, y permanece todo el año en su interior alimentándose de la semilla. Durante el invierno se encuentra en estado de larva hasta la diapausa, refugiándose de forma permanente en el interior de la cáscara del fruto afectado. Un alto porcentaje de las almendras afectadas, resisten ya infectadas y en estado momificado en el propio árbol hasta que llega la subida de temperaturas primaveral, incluso aunque los árboles hayan sido vibrados y cosechados mecánicamente. Cuando llega la primavera siguiente y han completado totalmente su ciclo biológico, salen al exterior, coincidiendo, por desgracia para los agricultores, con la presencia de las nuevas almendras de la siguiente campaña.
Así mismo, hay que concretar que la pupación de donde nacerán los nuevos insectos (avispillas) ocurre entre febrero y marzo, y a finales de dicho mes y, en abril, los adultos salen del fruto momificado haciendo un agujero en la cáscara de 1 a 2 mm de diámetro. Por lo general, las hembras llegan a poner la friolera de entre 50 y 100 huevos repartidos sobre varias almendras, llegando hasta los hasta 5 en una sola almendra, aunque lo normal es que sean 1 o 2.
Se combate combinando la retirada manual con la aplicación de productos fitosanitarios
Por otra parte, los huevos eclosionan unos diez días después de la puesta citada anteriormente, por lo que la primera emergencia para tomar medidas de control sobre la plaga se produce a últimos de marzo y principios de abril. En la actualidad las dos formas combinadas más efectivas para combatirla son: la retirada manual y posterior quema o destrucción de los frutos infectados que queden en el árbol y el control químico mediante la utilización de los productos fitosanitarios correspondientes en los momentos de mayor vulnerabilidad de la plaga.
Para finalizar, hay que recalcar a toda la población que habite en zonas en las cuales la plaga haya hecho su aparición, que en ningún caso los frutos afectados podrán ser utilizados para alimentación ganadera, combustible de estufas o cualquier otro uso cotidiano.