La NASA llega al asteroide de la muerte
Esta semana la nave OSIRIS-REx de la NASA ha alcanzado Bennu, conocido como el asteroide de la muerte. Del tamaño de una montaña pequeña, encierra secretos que podrían ayudarnos a comprender los inicios de la vida.
Tras dos años de viaje espacial, desde su lanzamiento en cabo Cañaveral, en Florida (USA), la nave OSIRIS-REx el lunes alcanzó su objetivo: el asteroide Bennu. El nombre de la nave coincide con el dios egipcio de los muertos pero, en realidad, es un acrónimo por Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification, Security. Esta coincidencia ya podría haber servido para la fatal nomenclatura del asteroide, pero la NASA fue más allá y le puso el nombre de Bennu, que es un ave de la mitología egipcia también vinculada con la muerte.
La misión tiene como objetivo final traer material de regreso a la Tierra, lo que se lograría completar para el año 2023. De acuerdo a lo indicado por NASA, la misión tuvo que sortear un viaje de 2000 millones de kilómetros desde la Tierra, y en 2020 comenzará a tomar muestras del suelo del asteroide.
El coste de la misión asciende a los 800 millones de dólares. El pasado 3 de diciembre, OSIRIS-REx se estableció a unos 19 kilómetros de la superficie de Bennu, y el próximo 31 de diciembre se insertará en su órbita, a menos de 2 kilómetros del suelo.
Misión compleja
El asteroide tiene la dimensión de una montaña pequeña, similar a 5 campos de fútbol y unos 492 metros de diámetro. Por ello, su campo gravitatorio es débil y alcanzar la superficie será una tarea compleja. Uno de los datos sobresalientes de la misión es que Bennu es el cuerpo más pequeño orbitado por una nave espacial humana.
El próximo paso para OSIRIS-REx será investigar la superficie del asteroide con tal de seleccionar el lugar donde en julio de 2020 su brazo robótico se posará durante 5 segundos para recolectar material. Se calcula que el material recolectado ronde los 60 gramos.
Luego se iniciará el proceso de retorno a la Tierra, teniendo previsto aterrizar el 24 de septiembre de 2023. La selección de Bennu no fue azarosa: se cree que forma parte de los restos que quedaron de la formación del sistema solar, lo que podrá ayudar a comprender cómo se originó la vida. También, los asteroides son cuerpos ricos en agua, material orgánico y metales.
Sobre si el asteroide podría colisionar en el futuro con nuestro planeta, la NASA se muestra escéptica, pero no del todo. En el año 2135 Bennu pasará muy cerca, entre la Tierra y la Luna. Consideran que la posibilidad de que cambie levemente su trayectoria y colisione es de 1 entre 3000.