La migración otoñal de nuestras aves
Durante miles de años, el hombre se ha preguntado por qué algunas aves están todo el año en el mismo sitio, mientras otras desaparecen al final del verano o principios del otoño, y vuelven a aparecer en la primavera.
Cuando nos referimos a aves migratorias, hablamos de innumerables especies que se desplazan y recorren grandes distancias de un lado a otro. Todas estas aves se rigen por el mismo patrón: vuelan en busca de tierras templadas en la temporada cálida, específicamente hacia el norte con el fin de reproducirse y por la incansable búsqueda de sus alimentos; y en su regreso tratan de buscar las zonas tranquilas del sur para invernar.
En la temporada de otoño estas aves que migran retornan a las zonas cálidas donde existe, a pesar de los cambios en el clima, la mejor y más fácil manera de conseguir los alimentos. No obstante, la migración para estas aves representa de alguna manera grandes riesgos debido al constante estrés al cual están sometidas, la dificultad para encontrar alimentos y la lucha constante por preservar su vida a consecuencia de los depredadores. Tales como el halcón de Eleonora, que tiene a sus crías exactamente en la temporada de otoño aprovechando el paso de las aves migratorias que van al sur, que sirven de alimentos a sus pichones.
Algunas especies migratorias, que habitan en zonas más altas, suelen refugiarse en regiones más bajas. Allí viven otras poblaciones de la misma especie pero estacionarias y que mantienen ocupado toda el área adecuada para invernar.
Los pájaros migratorios, con su extraordinaria capacidad de vuelo, son las criaturas que han realizado los movimientos más sorprendentes, viajando algunas especies miles y miles de kilómetros. Desde las tundras del círculo polar hasta el sur del continente africano. Si nos dedicamos descubrir y comprender cómo lo hacen sería de vital importancia para su conservación.
Las aves migratorias se orientan de diferentes maneras; puede ser a través de campos magnéticos, guiados por las estrellas y por el sol, pero en estos momentos cuando existen tantos problemas ambientales, ellas detienen su viaje y hacen una pausa para después continuar su vuelo.
Las aves migratorias más conocidas por el hombre
La golondrina es el ave migratoria más reconocida a nivel mundial, su sentido para orientarse es muy desarrollado. Recuerda las zonas por las que se ha desplazado anteriormente sin ninguna dificultad y puede ubicar su nido utilizado de años pasados. Se alimenta de insectos que encuentra en el aire, puede llegar a medir 19 cm de largo, posee un pico corto y alas largas en comparación a su cuerpo.
La grulla es una especie del grupo de aves migratorias que pertenece a la familia de las Gruidae, y que busca tener sus crías al norte de Eurasia. En época de invierno se dirige al sur del continente y al norte de África.
La tórtola europea es una de las especie de aves migratorias que pertenecen a la familia Columbidae y habita en la mayor parte de Europa y Asia Occidental, ocupando vegetaciones abiertas. Efectúa migraciones estacionales. Es conocida como una de las aves migratorias en España.
Por último, hay que comentar que en muchas zonas de España existen multitud de refranes populares que anuncian la venida de lluvias o cambios de tiempo a través de las formas de vuelo de unas especies u otras o de su llegada. Refranes que tenían su base científica, ya que ahora estos vuelos y llegadas son observados por los expertos al desvelar muchas de las claves a la hora de estudiar la magnitud un posible cambio climático.