La marcha afgana, la forma de caminar que combate el cansancio y elimina el estrés
Basada en los nómadas del desierto, la marcha afgana es un ejercicio que mejora la resistencia mediante el control de la respiración, además de acelerar el metabolismo y calmar la mente.
La marcha afgana fusiona aspectos físicos y mentales, convirtiéndose en un ejercicio que potencia la resistencia corporal y promueve la tranquilidad mental. Esta técnica sincroniza cada paso con la respiración, optimizando así la capacidad física y favoreciendo la serenidad mental durante el esfuerzo.
Esta práctica también se presenta como una forma de meditación en movimiento, donde la atención se centra conscientemente en cada paso y en la conexión con el cuerpo. Al mismo tiempo, la naturaleza desempeña un papel clave, estimulando el metabolismo, reduciendo la tensión nerviosa y mejorando los niveles de concentración y de bienestar mental.
El origen de la marcha afgana
A principio de los años 80, Édouard G. Stiegler dio forma al innovador concepto de la marcha afgana, inspirado por su experiencia durante una misión en Afganistán. Fue testigo de la asombrosa resistencia física de los nómadas locales, capaces de recorrer extensas distancias sin descanso prolongado. Detalla sus descubrimientos y revela los secretos de esta técnica en su libro, "Regeneración a través de la marcha afgana: Respiración para la salud".
Stiegler destaca la conexión de los ritmos de respiración con la tradición de Hanish, una práctica consciente que revitaliza el cuerpo mediante la inspiración y la expiración. Al experimentar con estos ritmos en diversos terrenos y condiciones en Afganistán y en otros lugares, el investigador logró sorprendentes resultados a nivel físico, mental, espiritual y nervioso.
Su enfoque ha atraído a numerosos seguidores, quienes ya han experimentado una notable mejora en su vitalidad. Afirman que también les proporciona un sueño reparador, una resistencia renovada, bienestar corporal y paz interior.
Cómo realizar la marcha afgana
La marcha o caminata afgana emplea los pasos como un metrónomo para regular el ritmo respiratorio, con un ritmo base de ocho pasos adaptable según la pendiente del terreno. Durante esta práctica, lo que se busca es igualar la inspiración y la exhalación, dividiendo el ciclo en inhalar durante tres pasos, retener el aire en el siguiente, exhalar en tres pasos y retener con los pulmones vacíos en el siguiente paso. A continuación, se vuelve a empezar el proceso.
La respiración nasal desempeña un papel crucial en la marcha afgana, regulando el esfuerzo físico, mejorando la resistencia y los procesos endocrinos y metabólicos. Se recomienda realizar la caminata afgana durante al menos de 20 a 30 minutos al día, tres veces por semana, para cosechar todos sus beneficios.
En el caso de caminar por pendientes pronunciadas, la pauta de ocho pasos puede modificarse, manteniendo el equilibrio entre la inspiración y la espiración. Este enfoque flexible permite una práctica personalizada y cómoda, fomentando así la incorporación de la marcha afgana como un hábito beneficioso para la salud física y mental.
Beneficios de la marcha afgana
La caminata afgana va más allá de los beneficios convencionales del simple acto de caminar. Y es que, al sincronizar los pasos con la respiración, se desencadena una sobre-oxigenación que impacta positivamente la salud física y mental. Esta práctica única ofrece una serie de beneficios, incluyendo mejoras en la función respiratoria, reequilibrio postural, hiperoxigenación corporal y en la estimulación de la circulación sanguínea y linfática. También favorece el metabolismo basal y la eliminación de toxinas.
Igualmente, los efectos positivos de la caminata afgana consiguen fortalecer la conciencia corporal y sensorial, proporcionando un gran apoyo en el manejo del estrés. Además, cabe destacar su capacidad para aumentar la creatividad, mejorar la concentración y llevar a quienes la practican a un estado de atención plena. Al incorporar esta técnica a nuestra rutina, podemos experimentar una transformación integral en el bienestar físico y mental.
La respiración rítmica durante la caminata afgana, con una duración equilibrada de inspiración y espiración, junto con pausas estratégicas, no sólo beneficia la salud física, también tiene un impacto armonizador en la mente y el sistema nervioso. Esta sincronización respiratoria favorece un estado de relajación profunda, que perdura más allá de la actividad, brindando beneficios duraderos para el bienestar mental.