La cuesta emocional de enero, ¿por qué nos deprime tanto el primer mes del año?

Enero tiene fama de ser gris, largo y deprimente. Más allá de las consecuencias de los excesos navideños, enero afecta también a nuestras emociones, de formas que, aunque no evidentes, son reales.

Después de diciembre llega el duro enero, es inevitable, pero sí hay algunas claves que pueden ayudarnos.

Desmontemos este "Blue January" y, por supuesto, buscaremos estrategias para subirle el tono azul a un azul más optimista mirando al futuro.

Las Navidades, con todo su brillo, luces y jolgorio, nos mantienen en una burbuja de estímulos constantes. La decoración festiva, las reuniones familiares y los objetivos que aplazamos para "después de Reyes" nos mantienen ocupados, pero también en un estado de hiperactividad emocional.

¿Qué factores influyen en nuestro estado de ánimo estas semanas?

Y de repente, ¡pum! Se apagan los brillos y se encienden las luces habituales. Enero llega sin adornos, con días fríos y oscuros, y con la sensación de que todo vuelve a una rutina monótona. Este choque entre el frenesí navideño y la calma posterior puede dejarnos emocionalmente desgastados.

Enero es largo y oscuro

En el hemisferio norte, enero no solo tiene más días que otros meses, sino que parece alargarse con los días grises y fríos. La falta de luz solar tiene un impacto directo en nuestro estado de ánimo. Pero piensa que cada día tarda unos segundos más en hacerse de noche. Hoy no, pero la luz llegará.

El factor económico

Diciembre es el mes de las celebraciones, pero también de los excesos. El gasto en regalos, cenas y viajes se deja sentir en enero, cuando abrimos nuestras cuentas y nos encontramos con la temida cuesta económica.

Cuesta Enero
El impacto económico de los gastos de diciembre es otro de los factores que influyen en nuestro estado de ánimo.

Esta preocupación financiera puede añadir un nivel de estrés que agrava nuestro estado emocional.

El peso de los propósitos

Año nuevo, vida nueva… ¿o no? Enero llega cargado de expectativas: perder peso, ahorrar, ser más productivos, dejar malos hábitos. Pero cuando el entusiasmo inicial se desinfla (y eso ocurre antes de que termine el mes), nos sentimos fracasados.

Es el efecto bola de nieve: nos juzgamos demasiado duro por no cumplir metas poco realistas, lo que añade presión y malestar. Sigue leyendo, que más abajo te contamos cómo evitarlo.

El famoso "Blue Monday"

Aunque es una teoría publicitaria, nos lo han dicho tanto que nos lo hemos creído. Se habla del tercer lunes de enero como el día más triste del año.

blue monday
Tanto nos lo han dicho que al final nos lo hemos creído. No, el tercer lunes del año no es más triste que el tercer viernes del año.

Según esta idea, el "Blue Monday" combina los factores que ya mencionamos: el tiempo invernal, las deudas, la lejanía de la Navidad y el fracaso de los propósitos de Año Nuevo. Aunque no sea cierto, esta narrativa refuerza la idea de que enero es un mes difícil.

¿Cómo afrontamos enero sin perdernos en su neblina emocional?

La buena noticia es que hay formas de aliviar esta cuesta emocional. Pequeños ajustes en tu día a día pueden marcar una gran diferencia. En el fondo, Enero es como un lunes y un lunes es siempre una buena oportunidad para volver a empezar.

Abrazar la rutina como una aliada

Aunque la rutina pueda parecer aburrida, también es una fuente de estabilidad. Después del caos navideño, encontrar un ritmo regular de sueño, comidas y actividad física ayuda a recuperar el equilibrio. No subestimes el poder de acostarte y levantarte a la misma hora o de mantener un horario para las comidas.

Metas pequeñas, logros grandes

No necesitas revolucionar tu vida en enero. En lugar de proponerte objetivos enormes como "correr una maratón" o "ahorrar 1.000 euros en un mes", empieza con metas más pequeñas y alcanzables. Cada pequeño logro te dará un impulso de confianza que se acumula con el tiempo.

Objetivos
Piensa bien tus objetivos, es importante que sean realistas y medibles para poderlos cumplir y no te culpabilices si no los consigues.

Los objetivos tienen que ser medibles, alcanzables, realistas, es la clave y si no los cumples en este primer mes, no hay problema, también vale empezar en febrero, marzo o cuando te de la gana, pero empieza.

Prioriza tu bienestar mental y físico

A veces lo olvidamos, pero nuestra mente y cuerpo están profundamente conectados. Practica alguna actividad física, aunque sea caminar 15 minutos al día. La actividad física libera endorfinas, que son un antídoto natural contra el estrés. Y no olvides una buena alimentación. Con esto ya tienes la mitad de los buenos hábitos hechos.

Planifica algo emocionante

¿Quién dice que enero tiene que ser aburrido? Planificar algo que te ilusione (un viaje, una cena especial, incluso una tarde para ti mismo) puede darte algo positivo en lo que pensar y romper la monotonía del mes.

año 2025
Construir un 2025 empieza en enero, pero debemos mantenerlo los otros 11 meses.

Enero no tiene que ser un monstruo emocional. Sí, puede ser un mes complicado, pero también es una oportunidad para frenar, reflexionar y cuidarnos. No se trata de esperar a que el sol de primavera nos salve, sino de buscar formas activas de mejorar nuestro estado de ánimo en el aquí y el ahora.