La construcción más surrealista de España tiene una carretera en el tejado que parece un Scalextric

¿Levantar un edificio de viviendas en una zona turística o utilizar ese mismo espacio para construir una carretera que dé acceso a la playa? En este pequeño barrio costero canario se decidió no renunciar a ninguna de las dos cosas.

El tejado de este bloque de viviendas en España es, al mismo tiempo, una carretera de dos carriles.

¿Imaginas cómo sería vivir en un edificio construido, literalmente, bajo una carretera? En España esta rareza arquitectónica es una realidad.

Esta extraña combinación es fruto de una ingeniosa solución a los desafíos geográficos y de cómo la arquitectura puede llegar a integrarse con el paisaje para satisfacer las necesidades de movilidad de las personas.

Un ejemplo no exento de polémica que, sin embargo, da testimonio de la capacidad de adaptación y creatividad arquitectónica frente a las particularidades de un terreno especialmente complicado.

Una carretera sobre el tejado

Esta impactante construcción, el edificio Los Ficus, se erige en Mesa del Mar, un pequeño núcleo turístico ubicado en el municipio de Tacoronte, en la isla canaria de Tenerife.

Levantado en la década de los 60 del pasado siglo, está coronado por una carretera que transita directamente sobre su tejado, y que sirve de vía de acceso a la zona costera.

De ese modo, los vehículos circulan sobre las 60 viviendas que forman el complejo residencial, cuya estructura, de hormigón y acero, soporta el peso y la vibración del tráfico diario.

Las casas cuentan con aislamiento acústico y vibratorio para garantizar las condiciones de habitabilidad de los residentes, si bien, quienes habitan en los pisos superiores, sí llegan a sentir los ruidos y movimientos del paso de camiones y guaguas, que es como se conoce a los autobuses en Canarias.

Similar a un circuito de Scalextric

Esta solución arquitectónica se ideó para conectar un área costera de difícil acceso con las zonas habitadas de la isla. El edificio fue diseñado de tal forma que su inclinado tejado sirve, a la vez, de soporte para una carretera de dos carriles.

El diseño se asemeja a un circuito de Scalextric, con curvas y vertiginosas pendientes que añaden al conjunto un llamativo dinamismo visual.

La inspiración llegó de soluciones arquitectónicas adoptadas en ciudades como Tokio o Nueva York, donde la superposición de funciones es mucho más común que en Europa.

Así, la integración de carretera y edificio hizo posible optimizar el uso del terreno en una región que se caracteriza por una orografía muy abrupta ligada a su origen volcánico.

Una fórmula inusual y sorprendente con la que se consiguió maximizar el espacio disponible al tiempo que se ofreció una respuesta funcional a las necesidades de infraestructura vial de aquel tiempo.

Un urbanismo más laxo que el actual

Evidentemente, el edificio de Los Ficus fue posible gracias a que, en el momento de su diseño y construcción, las regulaciones urbanísticas permitían mayor flexibilidad en el uso del suelo. No obstante, desde su inauguración, la edificación también ha sido objeto de duras críticas por el aprovechamiento hasta el extremo de un espacio natural.

En cualquier caso, hoy en día sería imposible replicar algo similar debido a que la normativa es mucho más restrictiva en aras de la seguridad, la habitabilidad y la planificación urbana.

Vecinos satisfechos con el proyecto

A pesar de lo excepcional de la situación y de los inconvenientes que genera tener una carretera sobre sus cabezas, la mayoría de los vecinos se quedan con las ventajas: unas impresionantes vistas panorámicas al océano y acceso directo a la playa.

Además, la estructura se ha convertido en un referente local, que ha logrado atraer la curiosidad de turistas y ponerla en el mapa, gracias a las múltiples menciones que se hacen de ella en los medios de comunicación y las redes sociales.

De hecho, gracias a la explosión de plataformas digitales como TikTok, Instagram o X, el edificio Los Ficus ha ganado notoriedad gracias a su diseño poco convencional. Son cientos los usuarios de redes sociales que han compartido imágenes y videos del peculiar inmueble.

Una visibilidad mediática que también ha reavivado el debate y el interés por la arquitectura de esta época en Canarias.