La central de Fukushima registra una gran fuga de 5,5 toneladas de agua radiactiva
La fuga de agua radiactiva se produjo debido a un fallo en las operaciones de mantenimiento de la central nuclear. Sin embargo, los expertos afirman que por ahora no hay indicios de contaminación.
Otra polémica más de la central nuclear de Fukushima, en Japón. El hecho es que el pasado miércoles 7 de febrero, alrededor de 5,5 toneladas de agua radiactiva se filtraron de la central nuclear después de que se dejaran válvulas abiertas durante los trabajos de mantenimiento. La fuga se detectó en una zona de la central que procesa agua contaminada.
La información fue confirmada por Tokyo Electric Power (TEPCO), la empresa que opera las obras en el lugar. Sin embargo, las autoridades japonesas afirman que no hay indicios de contaminación en el entorno exterior de la central.
El agua que se filtró contiene 22000 millones de becquerels, la unidad de medida de la radiactividad; pero, según TEPCO, no se detectaron cambios significativos en los puestos de control de radiactividad alrededor de la central ni en las lecturas del monitor de agua en los canales de su interior.
Polémicas anteriores
En agosto del año pasado el gobierno japonés comenzó a verter al océano Pacífico agua radiactiva tratada procedente de la central, aunque bajo muchas protestas.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), organismo vinculado a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha aprobado el vertido y garantizado que no hay riesgo para la población ni el medio ambiente. El agua se verterá gradualmente -un máximo de 500 000 litros al día- a través de una tubería submarina de un kilómetro.
El gobierno japonés también afirma que el agua se ha filtrado para eliminar la mayoría de los elementos radiactivos, a excepción del tritio, un isótopo del hidrógeno difícil de separar del agua.
Los residentes de los países vecinos y los propios pescadores locales han expresado su preocupación, advirtiendo de las amenazas que suponen estos residuos para el medio marino y la salud pública. China, por ejemplo, condenó el plan e incluso restringió las importaciones de productos japoneses por temor a la contaminación. Pekín, la capital china, que es el mayor comprador de marisco de Japón, ya ha registrado un descenso del 30% en sus compras.
De hecho, el Primer Ministro japonés, Fumio Kishida, grabó un vídeo en agosto del año pasado comiendo pescado capturado en la costa de Fukushima para demostrar que era seguro comerlo. "Está muy bueno. Seguro y delicioso", dijo en la grabación.
A finales de octubre del año pasado, dos empleados de la planta que trabajaban en ella fueron hospitalizados tras entrar en contacto con agua radiactiva. El accidente se produjo cuando una manguera de drenaje que elimina el líquido de limpieza contaminado se soltó de un tanque receptor. Afortunadamente, sin embargo, no resultaron heridos y TEPCO ha anunciado que ha reforzado la seguridad de sus operaciones.
Así que este caso de fuga no hace sino aumentar los temores sobre la seguridad del proceso de vertido de aguas residuales tratadas al océano Pacífico.