La capa de hielo que podría disparar el aumento del nivel del mar
La capa de hielo oriental de la Antártida sirve de dique natural para glaciares que, en caso de deshielo, podrían elevar varias decenas de metros el nivel del mar. Un estudio publicado en Nature advierte de que no es tan estable como parece.
En el ámbito científico nunca se había puesto en entredicho la estabilidad de la capa de hielo oriental de la Antártida. Esta enorme placa flotante existe desde hace millones de años y sirve de dique natural para los monumentales glaciares que se disponen en la zona continental. Se cree que estos últimos, en caso de deshielo, podrían elevar el nivel del mar varias decenas de metros -no pasará, afortunadamente-. No existe otra superficie helada en el planeta con ese potencial.
Una nueva investigación publicada en Nature sugiere que la capa oriental de la Antártida podría no ser tan estable como parece. El estudio, dirigido por la Universidad de Texas y la Universidad del Sur de Florida, advierte que el hielo de esta placa tiene un largo historial de expansión y contracción. Esta consideración abre la puerta a su posible fluctuación con el calentamiento global.
“Tenemos la evidencia de una capa de hielo muy dinámica que creció y se redujo significativamente entre los periodos glaciales e interglaciales”, asume Sean Glick, coautor del estudio, profesor e investigador en el Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas.
Hace unos 6 millones de años, la placa de hielo de la Antártida oriental se expandió, estabilizó y dejó de verter grandes volúmenes de agua de deshielo. Sin embargo, el actual aumento de temperaturas podría volver a inestabilizar el bloque. Actualmente se está derritiendo el glaciar Totten, el más grande de la Antártida oriental, y esto podría ser una señal de advertencia temprana.
“Las cálidas aguas oceánicas están deshelando los glaciares y las plataformas de hielo antárticas. Con la combinación de calor oceánico y calor atmosférico, que están relacionados, la capa de hielo podría experimentar una dramática pérdida de su masa”, advierte Amelia Shevenell a Sciencedaily, profesora asociada de la Universidad del Sur de Florida.
El Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK) también se ha hecho eco de la noticia. Ricarda Winkelman, partícipe del estudio y de PIK, explica que el problema del posible deshielo no está en el aire, que permanece constantemente por debajo del punto de congelación, sino de las profundidades del mar circundante que sí se está calentando. “El agua más cálida del mar accede a las cavidades de debajo de las plataformas de hielo y las puede diluir”, argumenta. Esto podría tener gran impacto en el esfuerzo de contención ante las masas de hielo continentales.
Anders Leverman, especialista de PIK, avisa de la necesidad de limitar el calentamiento global para “estabilizar las masas de hielo de la Antártida, evitar muchos metros de aumento adicional del nivel del mar y proteger ciudades como Nueva York, Hamburgo, Mumbai o Shangai”.