La cantidad de residuos electrónicos aumenta rápidamente en todo el mundo, alerta Naciones Unidas
En una sociedad cada vez más "virtual", qué hacer con los aparatos electrónicos al final de su vida útil siempre ha sido un debate relevante. Y los últimos informes sobre la producción de residuos electrónicos son alarmantes.
Según el Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones (UNITAR), la producción de residuos electrónicos aumenta a un ritmo cinco veces superior al del reciclaje documentado de este tipo de productos.
De acuerdo con el Monitor Mundial de Residuos Electrónicos 2024, elaborado por UNITAR, 2022 marcó un año récord para la producción de residuos electrónicos en todo el mundo: ¡la modesta cifra de 62 millones de toneladas! Esta cifra representa un aumento del 82% desde 2010.
Para ponerlo en perspectiva, 62 millones de toneladas equivalen aproximadamente a 1,5 millones de camiones de 40 toneladas. Ese número de camiones, si se juntaran en fila, podrían cubrir prácticamente todo el ecuador, dando así la vuelta al planeta. Incluso teniendo esto en cuenta, las perspectivas no son alentadoras, ya que se prevé que esta cifra siga aumentando de forma pronunciada hasta 2030 (podría alcanzar los 82 millones de toneladas anuales).
Sorprendentemente, este estudio demuestra que al intentar resolver un problema, ciertas comunidades están creando otro, igualmente impactante sobre el medio ambiente y la sociedad. A raíz de la transición energética, con el objetivo de controlar el cambio climático, el uso de equipos electrónicos se ha banalizado, creando un problema de gestión de residuos: ¿qué hacer cuando un equipo llega al final de su vida útil?
Reciclar no es una solución mágica
Cuando un determinado equipo electrónico llega al final de su vida útil, la mayoría de sus componentes podrían reutilizarse. Sin embargo, se sabe que en el año 2022 menos del 25% de todos los residuos electrónicos se recogieron y reciclaron adecuadamente. Esto supone una pérdida de más de 60000 millones de dólares en recursos que podrían reciclarse.
Sin embargo, más importante que el perjuicio económico es el daño medioambiental que puede asociarse a este tipo de producción y la falta de respuesta de las infraestructuras de reutilización. El aumento de la cantidad de residuos producidos supone un incremento del riesgo de contaminación en comunidades de todo el mundo.
Por ejemplo, las pilas viejas, cuando se abandonan, suponen un peligro para la salud de la población porque contaminan el suelo y las aguas superficiales y subterráneas con aditivos tóxicos y metales pesados, como el mercurio.
Hay una serie de factores que contribuyen al aumento de la producción de residuos, entre los que destacan los ciclos de vida cada vez más cortos de los productos, el aumento del consumo y las opciones de reparación cada vez más limitadas.
Por tanto, es urgente tomar medidas para combatir los problemas que genera esta situación. Además del evidente impacto sobre la salud y el medio ambiente, una gestión adecuada de los residuos electrónicos permitiría ahorrar más de 38000 millones de dólares de aquí a 2030.
Referencia de la noticia:
Global e-waste monitor 2024: Eletronic Waste Rising Five Times Faster Than Documented e-waste Recycling. UNITAR. 2024.