La borrasca fría aislada traerá agua a Cataluña, ¿será el fin de la sequía?

Las precipitaciones de las últimas horas han provocado daños y han sido beneficiosas al mismo tiempo, dependiendo de la zona. ¿Cuál es el balance para Cataluña? ¿Se ha acabado la sequía por allí?

Sequía Cataluña
En las últimas horas la lluvia ha llegado a gran parte de Cataluña, y durante el fin de semana la borrasca dejará algunos chubascos. ¿Es el fin de la sequía?

En las inmediatas horas, una borrasca fría aislada (BFA) traerá una nueva ración de chubascos y tormentas a amplias zonas de la península Ibérica. Estos chubascos podrían afectar al interior de Cataluña, especialmente Lleida, durante el fin de semana ayudando a sumar litros en zonas muy necesitadas, aunque esta situación no tendrá especial incidencia en la comunidad.

Las imágenes de satélite en canal vapor de agua más recientes, indican que la BFA ya está en proceso de aislamiento al oeste de Galicia. Un frente frío asociado a esta borrasca irá cruzando la península de oeste a este durante el día de hoy.

El frente entrará en proceso de frontólisis (debilitación) una vez cruce el centro peninsular, por lo que las precipitaciones en el Mediterráneo serán en general escasas.

La zona cero de la sequía

En el centenario Observatorio Fabra, situado en la ciudad de Barcelona, se han registrado 288,5 l/m² entre el 30 de septiembre de 2022 y el 1 de agosto de 2023. Es por tanto el año más seco de una serie de 110 años. La precipitación caída en Barcelona no llegó ni a la mitad de lo que sería habitual.

En el tramo comprendido entre el Barcelonès y el Garraf la situación es “inédita” tal como lo ha descrito el Meteocat. En Sitges se han recogido 143 l/m² en un año lo cual representa tan solo el 29% de la media anual y es un dato directamente comparable con zonas desérticas de la península Ibérica. Otras localidades que no han llegado a los 200 l/m² son Cunit (176), Canyelles (190) y Vilafranca del Penedès (191).

Oro líquido en las últimas horas

Durante la mañana de ayer viernes, se formó un gran sistema tormentoso con topes nubosos muy fríos en el golfo de Valencia. Este tipo de tormentas reciben el nombre de Sistemas Convectivos de Mesoescala (SCM). Los SCM están detrás de muchos fenómenos adversos, pero también pueden producir grandes áreas de lluvia beneficiosa, de carácter moderado. Tras rozar la costa norte de Mallorca, el sistema afectó de lleno Cataluña con precipitaciones generosas y generalizadas.

Lluvia fin de semana
Acumulados de lluvia previstos durante el fin de semana en la península y Baleares. Las precipitaciones más cuantiosas se prevén en la vertiente atlántica.

Según datos del Meteocat, donde más llovió fue en Tarragona con acumulados entre 80 y 120 l/m². En l’Ametlla de Mar, se registraron 120 l/m2 y en Amposta, 90,2 l/m². Sin duda, la mejor noticia la traen los acumulados registrados en la zona cero de la sequía (costa central) donde se registraron entre 20 y 60 l/m².

En el parque natural del Garraf cayeron 58 l/m² y hasta 38 l/m² en el Tibidabo (Barcelona). En estas zonas la sequía era tan grave que incluso especies bien adaptadas a la sequía estaban empezando a morir como el lentisco, palmito o incluso los pinos.

Estas precipitaciones son oro líquido en estas zonas tan castigadas por la sequía y ayudarán a paliar la sed de plantas y animales. Aun así, ¿es suficiente como para dar por terminada la sequía?

¿Fin de la sequía?

Las lluvias caídas ayudarán a calmar la sed del campo e incluso pueden revivir algunas especies de plantas, pero acabar con la sequía implicaría un carrusel de episodios seguidos en el tiempo.

La respuesta es un no rotundo. Al igual que una flor no hace primavera, un buen episodio de lluvias no termina con una sequía de años de evolución.

Harán falta más situaciones de precipitaciones generales y generosas para revertir la situación. Será necesario un período de unos meses donde llueva mucho más de lo normal y con acumulados importantes, pero de intensidades moderadas para que el agua pueda filtrarse de forma adecuada sin que se pierda por escorrentía. La buena noticia es que, en Cataluña, los meses más lluviosos del año (octubre y noviembre) todavía están por venir.