Balance de julio 2020 en España: un mes muy cálido y seco
Este mes nos lo resume el siguiente refrán: En julio el mozo, en la acequia o en el pozo. Mucho calor y escasez de tormentas para refrescarnos. Veamos con detalle todas estas cosas.
Nuevamente el anticiclón de bloqueo dificultó el acercamiento de los frentes atlánticos, que como mucho, rozaron la cornisa cantábrica y los Pirineos. Solo un par de embolsamientos en altura provocaron importantes precipitaciones, en forma de tormenta, pero muy irregularmente repartidas.
La primera quincena del mes se caracterizó por un inicio con valores térmicos elevados en el sur y este de la Península, que volvieron a la normalidad gracias a una vaguada potente que aportó precipitaciones en el centro y este peninsulares. La estabilidad y la escasez de lluvias también fueron la nota dominante en ambos archipiélagos, principalmente en el canario, con un inicio de mes muy caluroso.
Y en la segunda quincena más de lo mismo, en especial el calor, con la primera ola de calor del verano que nos visitó a finales del mes y que provocó que el mercurio superase la terrible barrera de los 40 ºC en muchas regiones del país. De nuevo las lluvias fueron en forma de chubascos tormentosos, principalmente en el nordeste de la Península.
Temperaturas muy cálidas
Las máximas han sido superiores a lo normal en todo el país debido a varios episodios cálidos, principalmente el de final del mes, con una ola de calor que batió record absolutos de temperaturas máximas en muchas zonas peninsulares.
En estaciones de AEMET, el valor más alto mensual se alcanzó en Écija, Sevilla, el día 26, con 44,7 ºC. En este mes se batieron numerosos récords de temperatura máxima, tanto absoluta, como relativa al último período. En los primeros destacar, por lo poco habitual de la situación, San Sebastián aeropuerto con 42,2 ºC, superando en casi dos grados el anterior valor que databa de 1995.
Los valores nocturnos han sido superiores a lo normal también en todas las comarcas, con la excepción de las áreas montañosas del norte de la Península, donde han sido normales. En estaciones de AEMET que no son de alta montaña, el valor más bajo mensual se produjo el día 4 en San Pedro Manrique, Soria, con 2,4 ºC.
Durante este mes se batió la temperatura mínima más alta en el observatorio del aeropuerto de Granada, con 24,9 ºC el día 12, el anterior valor era de 1989. Destaca también el dato de Palma de Mallorca (Puerto) que igualó su anterior registro, con nada menos que 27,5 ºC.
Precipitaciones muy escasas
Mes muy seco si consideramos el conjunto del país. En el extremo noroeste peninsular, centro y sur del valle del Ebro, el extremo sureste y casi todo el cuadrante suroeste, los porcentajes fueron inferiores al 25 %, zonas donde por sí, en este mes, las precipitaciones son muy escasas.
Por el contrario, en puntos de la meseta norte y del sistema Ibérico, Extremadura, nordeste y centro de Cataluña y en un área más extensa que comprende el este de Castilla-La Mancha, interior de Valencia y zonas montañosas de Jaén, Granada y Almería, la precipitación superó el 200% de su valor normal. Ambos archipiélagos tuvieron precipitaciones por debajo de sus valores normales.
Destacar, dentro de los observatorios principales, el de Barcelona aeropuerto, con dos fuertes tormentas que dejaron un total de 110 l/m2, cerca del 300 % del valor normal en julio. Además, se batió el record de precipitación máxima en un día, para el período de referencia actual de 1981 al 2010, en el observatorio de Segovia, con 39,6 l/m2 el día 8.
Consideraciones finales
Me gustaría destacar dos puntos importantes que se han producido durante este mes y que han pasado un poco desapercibidos y que son de gran importancia en la evaluación climática final. Por un lado son los violentos frentes de racha que sufrieron, en muchos puntos de nuestra geografía. Cabe destacar los observatorios de Albacete (aeropuerto), con racha de 107 km/h y sobre todo en Andorra, Teruel, con 121 km/h y todos ligados a tormentas de mayor o menor importancia.
Y el otro es la humedad relativa tan baja que hubo en muchas comarcas, principalmente del interior peninsular. Cogiendo como ejemplo el observatorio de Getafe, la humedad media ha sido inferior al 30% y destacar a finales de mes cuando se alcanzó un mínimo del 5%. Ambos factores son muy importantes a la hora de la evaporación, del incremento de los incendios forestales y de la pérdida de agua en nuestros pantanos.
El agua embalsada en la actualidad es del 58,66% de su capacidad máxima, con una pérdida mensual del 5,2%. Estamos casi un 8% por debajo de la media de los últimos 10 años en el agua embalsada en España y un 6% por encima de la misma semana del año pasado.