Inundaciones, uno de los desastres naturales más mortíferos
Problemas globales como el incremento de la urbanización, la deforestación con la degradación de los ecosistemas y la variabilidad en el clima, suponen amenazas que contribuyen en la vulnerabilidad de nuestro suelo.
Las inundaciones se definen como desbordamiento de agua en distintos tipos de suelo, y pueden ocurrir por fuertes lluvias, marejada, cuando la nieve se derrite demasiado rápido o por rotura de presas y diques. Estas pueden ocurrir con pocos centímetros de agua o cubrir una casa hasta la azotea; pueden durar minutos, horas o extenderse días, semanas o más. Las inundaciones son de los desastres naturales más comunes y se asocian a diferentes fenómenos atmosféricos.
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), las inundaciones han causado millones de muertes a nivel global. El Atlas de Mortalidad y Pérdidas Económicas del Clima, Clima y Extremos Hídricos indica que el 79% de los desastres naturales son debidos a fenómenos meteorológicos o hidrológicos extremos, ocasionados por tormentas intensas y el desbordamiento de ríos o barrancos. Esto causó el 55% de muertes y el 86% de las pérdidas económicas mas importantes durante el periodo entre 1970 y 2012.
Desafortunadamente la llanura aluvial, que es la principal área geográfica que cuenta con cauces fluviales, a menudo es una zona atractiva para el desarrollo urbano. Una gran parte de la población mundial depende directa o indirectamente de los recursos naturales de las también llamadas llanuras de inundación. Las áreas densamente pobladas tienen mayor riesgo de inundaciones repentinas. Los edificios, autopistas, avenidas o calzadas aumentan el escurrimiento al reducir la cantidad de lluvia absorbida por el suelo, por lo que, la escorrentía aumenta el potencial de inundación repentina.
Asimismo, las montañas y colinas empinadas multiplican la escorrentía, lo que hace que los arroyos y ríos crezcan rápidamente, contribuyendo a la presencia de inundaciones naturales. Por ejemplo, un arroyo de solo 15 cm de profundidad en áreas montañosas puede convertirse en un río de 3 metros de profundidad en menos de una hora. Esto pasa si una tormenta persiste en un área durante un período prolongado de tiempo. El suelo saturado por lluvia también origina y refuerza la presencia de inundaciones repentinas.
Acciones ante el riesgo de inundación
Lo primero que debemos hacer es revisar los pronósticos meteorológicos emitidos por las instituciones oficiales o, claro, Meteored. También la revisión de lo que se reporta en las redes sociales sobre la zona afectada, escuchar noticias en la radio o verlas en la televisión y verificar las paginas web oficiales de sus dependencias de protección civil correspondientes, nos ayudarán a prevenir y prepararnos ante la presencia de cualquier tipo de inundación.
Una vez que estamos dentro de una área vulnerable lo ideal es subirse a un terreno más alto y estable, eviten estar en las áreas que ya están inundadas y no intenten cruzar arroyos o ríos aunque parezcan pequeños y poco profundos. En las ciudades los desagües pluviales, drenajes o alcantarillados pueden ser muy peligrosos, siempre hay que evitar cruzarlos.
Las inundaciones matan a más personas por año que los tornados, rayos o huracanes. Si se gestionará de manera adecuada el uso y cuidado de los recursos hídricos ante riesgos de inundación, podríamos mejorar la protección de las personas y de las infraestructuras ante las inundaciones. Recuerda no tirar basura, ya que esto bloquea el funcionamiento optimo de los alcantarillados en las ciudades, y no construir tu hogar en zonas de vulnerabilidad con riesgo y amenaza de inundación.