¡Increíble! Podemos predecir el futuro gracias a los animales frugívoros
Analizar las interacciones entre plantas y mamíferos frugívoros es fundamental para predecir las consecuencias de la extinción de especies vegetales en bosques tropicales y otros ecosistemas. ¿Cómo ayudan los frutos ingeridos? Aquí te contamos más.
Estudiar el vínculo entre seres vivos y plantas puede ayudarnos a predecir las consecuencias de la desaparición de muchos animales en el medio natural, por ejemplo en la selva tropical. Esta es la conclusión a la que han llegado investigadores del Museo Nacional de Historia Natural de Francia y del CNRS (Centre National de la Recherche Scientifique) asociados a más grupos de científicos de otros países, en un estudio publicado en la revista Functional Ecology.
¿Quiénes son los frugívoros?
Empecemos por lo más sencillo, ¿cuáles son los animales frugívoros? Pues los que se alimentan de frutos. Una vez ingeridos, esparcen en sus excrementos sus semillas. Poco apetecibles pero imprescindibles para regenerar muchas especies de árboles.
En algunos casos, estas semillas continúan intactas una vez expulsadas por el animal. El papel de los mamíferos frugívoros es crucial para los árboles de los bosques tropicales, ya que muchas especies vegetales tienen semillas muy grandes que son difíciles de dispersar por viento y por agua.
En la categoría de mamíferos frugívoros destacamos entre otros animales a los gorilas, las ardillas, ciertos conejos de campo y algún que otro murciélago. También se encuentran especies como los elefantes o tapires que, ahora mismo, se ven amenazadas por culpa de la caza y de la destrucción (voluntaria o no) de su hábitat.
Mediante el estudio de las especies extintas y las que aún no, los investigadores intentaron comprender la relación entre la morfología de un mamífero (dimensión del cráneo, masa corporal) y el tamaño de los frutos y semillas que habrían ingerido.
Planta y mamífero, un binomio imprescindible
Los investigadores lograron demostrar el vínculo entre el tamaño de las semillas ingeridas, las dimensiones del cráneo y especialmente la masa corporal. En este caso, los protagonistas fueron los murciélagos, micos y algunos primates de África, Asia y América del Sur. Todos ellos fueron reconocidos como dispersores de semillas, con un alto consumo de frutas en su dieta.
Al aplicar este análisis morfológico en cinco tipos de primates del pasado (tres lémures, un mono tití y un mono aullador), ahora extintos y pertenecientes al Pleistoceno y al Holoceno, las conclusiones parecen ser las mismas. Los científicos explican que fueron los monos los que dispersaron semillas de gran tamaño de ciertas especies vegetales. Ellos fueron los que permitieron la regeneración de los bosques tropicales durante estos dos períodos de vida en la Tierra.
Ahora, las interacciones entre las plantas y los mamíferos pueden servir de base sólida para predecir las consecuencias de la extinción de ciertos mamíferos frugívoros en los bosques tropicales. Esta relación resulta indispensable para la supervivencia del bosque. Y como sospechábamos, la desaparición de especies animales altera el medio ambiente. El 17% de los bosques tropicales ya han desaparecido en 30 años...