La increíble cascada de la llama eterna, ¿dónde está y cómo se mantiene encendida?

En ocasiones la naturaleza nos ofrece espectáculos que a primera vista parecen sacados de un mundo de ficción. Hoy hablaremos de uno de ellos, que se encuentra en el corazón del precioso Chestnut Ridge Park, en el Condado de Erie, estado de Nueva York (Estados Unidos). Puede parecer una contradicción, pero aquí se funden dos elementos naturales completamente opuestos, el agua y el fuego.

Allí, en una pequeña gruta situada en una cascada de nueve metros arde una llama solitaria que emerge de la roca sin leña u otros elementos artificiales que la alimente, por lo que nos encontramos ante uno de los lugares más singulares del mundo. La leyenda urbana ha extendido la idea de que el fuego ha estado presente desde que llegaron los primeros habitantes de la zona, lo que le ha dado el nombre por el que es conocida actualmente: la cascada de la llama eterna.

¿Cómo es posible que haya fuego en una cascada?

La llama alcanza unos 15-20 centímetros, pero no está todo el tiempo encendida. De hecho, cuando se apaga siempre hay algún visitante que aprovecha para volverla a encender. Eso sí, es un proceso que se debe hacer con precaución, pues el suelo es muy resbaladizo, y hay que tener en cuenta otro factor que explicaremos a continuación, porque... ¿cómo es posible que exista este fuego en una cascada?

Hace unos años, un grupo de geólogos de la Universidad de Indiana decidió investigar por qué sucedía este fenómeno y la repercusión que podría tener en el efecto invernadero. Y averiguaron que el origen de la cascada de la llama eterna es una filtración de hidrocarburos desde un depósito subterráneo. Los hidrocarburos atraviesan distintas capas del subsuelo, empujados por la presión y atravesando pequeñas grietas y fisuras.

En definitiva, lo que aflora a la superficie es una mezcla de gases de etano, propano y metano. Los geólogos explicaron que estos gases tendrían su origen en el Devónico Superior, unos 380 millones de años atrás, y que el depósito encontraría a unos 400 metros de profundidad, algo que hasta ahora no se ha podido confirmar.

Por otra parte, afirman que no es la única filtración en Chestnut Ridge Park, encontrándose a lo largo del paraje una gran cantidad de microfiltraciones; de ahí el olor característico que perciben muchas personas que visitan la zona. En la cascada hay varias fisuras, pero la más grande de ellas es la gruta donde está la llama eterna, que se encarga de proteger el fuego del viento y del agua, por lo que puede permanecer encendida durante mucho tiempo.

¿Cuál es la mejor época para visitarla?

Si alguna vez te encuentras por los alrededores y quieres visitas este fascinante lugar, tienes que tener en cuenta varias cosas. La primera, es que el torrente sólo corre tras precipitaciones abundantes. La mejor época para admirarla es al principio de la primavera y después de la temporada de lluvias, cuando el caudal disminuye y es perfecto para poder divisar esta llama solitaria. Y si vas al anochecer, la estampa será maravillosa.

En la época seca el viento puede apagar el fuego. Por otra parte, cuando baja mucha agua por la cascada, prácticamente es imperceptible. Además, el camino no es un paseo precisamente, ya que hay que recorrer un sendero de 2,5 kilómetros que puede ser peligroso debido a la erosión del suelo, las raíces de los árboles y las lluvias, por lo que es fácil sufrir resbalones o caídas. Pero el esfuerzo merece la pena.

Chestnut Ridge Park, un lugar ideal para disfrutar al aire libre

Para completar la visita, debes saber que Chestnut Ridge Park es un espacio repleto de naturaleza, fauna y flora local, abarcando una superficie de 465 hectáreas. Se creó en 1925 para preservar cada detalle del paisaje, y en la actualidad cuenta con espacios adecuados para practicar varios deportes como senderismo, ciclismo de montaña, esquí acuático, pesca, atracciones infantiles y áreas adaptadas para disfrutar de picnics.