Incendios forestales: causas y consecuencias
Los incendios, que este año ya han quemado más de 19.000 hectáreas de bosque, tienen consecuencias devastadoras para el medio ambiente. ¿Qué los causa?
Los incendios forestales, una realidad que azota cada año a diferentes partes del mundo especialmente en verano, se convierten en una grave amenaza para la naturaleza y el ser humano. Estos eventos, provocados por causas naturales o por la acción humana, tienen un impacto devastador en los ecosistemas, ocasionando la pérdida de biodiversidad, daños económicos y, en algunos casos, poniendo en riesgo vidas humanas.
¿Por qué se producen los incendios?
En España, los incendios forestales representan una amenaza constante, especialmente durante los meses de verano, cuando las altas temperaturas y la sequía crean un escenario propicio para su propagación. Según datos del Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), en 2023, se llegaron a registrar más de 1.168 incendios forestales que afectaron a 24.952 hectáreas. Este 2024 ya se han quemado más de 19.000 hectáreas.
Existen diversas causas que provocan los incendios, destacando desde las causas naturales, como pueden ser los rayos o la sequía, ya que debido a la falta de humedad en el ambiente aumenta la combustibilidad del material vegetal; hasta las causas humanas.
Cuando se trata de causas humanas, habitualmente los incendios suelen producirse debido a negligencias, como puede ser arrojar colillas de cigarrillos, fogatas mal apagadas o quemas agrícolas sin control. O también el fuego puede deberse a actos vandálicos cuando alguien prende fuego de forma intencional.
Tipos de incendios forestales
Los incendios forestales no son todos iguales y pueden clasificarse según su comportamiento y las características del terreno. Por ejemplo, los incendios subterráneos se producen en la capa orgánica del suelo, avanzando lentamente y siendo difíciles de detectar y extinguir.
Por otro lado, cuando se produce un incendio en superficie, este afecta principalmente la vegetación baja y los arbustos, propagándose rápidamente por la acción del viento.
También es posible que los incendios se produzcan en las copas de los árboles. Estos son, de hecho, los más difíciles de controlar y extinguir debido a su altura y la intensidad del fuego.
Consecuencias de los incendios
Conscientes de la gravedad de la situación, el Gobierno de España ha adelantado este año la campaña de extinción de incendios y la comenzó a principios de junio, cuando lo habitual es iniciarla en julio.
Y es que los incendios forestales, una tragedia que se repite cada año en diferentes partes del mundo, representan una grave amenaza para la naturaleza y el ser humano. Estos eventos tienen un grave impacto en los ecosistemas, ocasionando la pérdida de biodiversidad, daños económicos y, en algunos casos, poniendo en riesgo vidas humanas.
A nivel natural, los incendios pueden erosionar el terreno. La vegetación ayuda a mantener el suelo en su lugar. Sin ella, el suelo puede ser fácilmente erosionado por la lluvia y el viento, lo que degrada la calidad del suelo y afecta negativamente a los cursos de agua cercanos.
Igualmente, los incendios liberan grandes cantidades de humo y gases tóxicos, como monóxido de carbono y dióxido de carbono, que pueden contribuir al cambio climático y afectar la calidad del aire. Y pueden suponer un grave perjuicio para las personas que vivan cerca o en el lugar donde se han provocado, que, seguramente, deberán abandonarlo.
En definitiva, los incendios forestales representan una amenaza a nivel natural y humano que requiere un esfuerzo conjunto para prevenirlos y combatirlos. La responsabilidad individual y colectiva es clave para proteger las zonas vegetales y garantizar un futuro más sostenible.