Horario de verano 2024 ¿qué día hay que cambiar la hora en España?

Durante el año 2024 se van a llevar a cabo dos cambios horarios en los relojes en España, marcando de esta forma el tránsito del horario de invierno al de verano, y viceversa. Dichos cambios implican el adelanto o retraso de una hora, teniendo lugar uno en marzo y otro en octubre.

Y para ser más exactos, en el mes de marzo de este año se realizará el ajuste al horario de verano 2024. Según señala un informe del Instituto Geográfico Nacional (IGN), el "período de hora de verano" es el momento en el que se adelanta la hora en sesenta minutos respecto al resto del año. Aunque, en realidad, es un periodo que abarca la primavera y el verano.

Afortunadamente, la mayoría de los dispositivos digitales actuales, como los relojes, los ordenadores y los teléfonos móviles, están configurados para realizar este cambio de hora automáticamente.

¿Cuándo se cambia al horario de verano 2024?

El cambio al horario de verano tiene lugar tradicionalmente en España durante la madrugada del último domingo de marzo, que este año corresponde al día 31. Por consiguiente, el horario de invierno se mantendrá casi todo el mes. La transición horaria será durante la noche del sábado 30 de marzo al domingo 31 de marzo.

Para que se haga efectivo el cambio al horario de verano 2024, se debe adelantar el reloj una hora. El momento preciso para hacerlo será en la madrugada del 31 de marzo, cuando las dos se conviertan en las tres. Si calculas que vas a estar dormido en ese momento, lo más práctico es que ajustes los relojes antes de ir a la cama. De esta forma te despertarás el domingo con la hora correcta.

La consecuencia inmediata del cambio horario es que, tanto los amaneceres como los anocheceres, tendrán lugar una hora más tarde. Esto significa que disfrutaremos de más luz solar durante las tardes.

¿Cómo influye el cambio horario en la salud?

Aunque algunas personas no experimentan de manera evidente el efecto del cambio horario en su organismo, otras sí notan alteraciones en diversos aspectos de su vida diaria tras retrasar los relojes una hora. Y más concretamente, esto se refleja en las rutinas cotidianas, como el apetito o el sueño.

Este fenómeno está estrechamente ligado al ritmo biológico, y afecta principalmente a aquellos individuos que siguen una rutina muy estructurada en su día a día. Es el caso de los que se despiertan siempre a la misma hora; los que realizan sus actividades laborales, académicas o de ejercicio en horarios determinados; los que tienen sus comidas programadas o los que se acuestan regularmente a la misma hora.

Para quienes mantienen estas prácticas habituales, es probable que experimenten insomnio, dificultad para concentrarse, irritabilidad, cambios de ánimo o fatiga durante el día en que se produce el cambio de hora y en los días siguientes Esto ocurre hasta que logran adaptarse al nuevo horario y a los ajustes en las horas de luz. En esencia, es un fenómeno similar al jet lag experimentado después de un viaje.

¿Será éste el último cambio de hora en España?

Cada año, durante los meses de marzo y octubre surge un debate en torno al cambio horario. Y es que son muchos los que cuestionan su necesidad en nuestro país, especialmente en referencia al horario de invierno, cuando la noche llega demasiado temprano.

El Boletín Oficial del Estado (BOE) publica regularmente este cambio de huso horario para toda España, en consonancia con otros países europeos, y se mantendrá al menos hasta el año 2026. Aunque inicialmente la Comisión Europea había establecido terminar con estos cambios en 2019, el plan resultó ser demasiado audaz, y no se llevó a cabo. Posteriormente, el Parlamento Europeo propuso que el último año con cambio de hora fuera 2021, pero esta propuesta tampoco se llegó a concretar.

El origen del cambio horario se sitúa en la década de los años 70, durante la primera crisis del petróleo. En aquel momento, fueron varios los países que optaron por implementar esta medida, con el fin de aprovechar de manera más eficiente la luz solar y reducir el consumo de electricidad.

En España este cambio de horario no se adoptó hasta el año 1974. En 1980, la Comunidad Económica Europea, de la cual España aún no era miembro, emitió la primera directiva relacionada con el objetivo de establecer una regulación común sobre este tema en los países miembros.