Todo lo que debes saber para tomar el sol sin riesgo
El cáncer del piel ya se considera una epidemia mundial y muchos casos están relacionados con las malas rutinas adquiridas: no está mal tomar el sol siempre que se tomen las precauciones necesarias. Te las contamos.
Las vacaciones abren la veda de la exposición al sol prolongada. Las visitas a la playa o a la piscina descubren nuestra piel al astro rey y su incidencia descontrolada puede provocar problemas muy serios, como el melanoma maligno. Esta afección, según el último informe de la Sociedad Española de Oncología Médica, ya ocupa la séptima posición entre los tumores más prevalentes en la población general, y la cuarta en las mujeres.
Su aparición se puede achacar a factores genéticos o a determinados estilos de vida, pero también a imprudencias. “Los casos de cáncer de piel pueden evitarse minimizando la exposición solar por actividades recreativas o laborales, así como a fuentes artificiales de radiación UV”, afirma la directora del Grupo de Investigación Enfermería Clínica y profesora del Departamento de Enfermería de la Universidad de Alicante, Mª Flores Vizcaya.
En los últimos años el cáncer de piel está aumentando exponencialmente y, a tenor de los muchos casos prescritos, ya se considera una epidemia mundial. Este crecimiento se debe, en parte, a las malas rutinas adquiridas. “En España es recomendable utilizar un producto de protección solar de factor 30 durante todo el año, y de 50 en verano”, aduce Vizcaya.
Las gorras, las gafas de sol y las sombrillas tienen que ser complementos indispensables en nuestras actividades estivales a la intemperie. Se debe empezar a tomar el sol de forma gradual, evitando las horas de máxima intensidad, y nunca hay que prolongar la exposición confiando en la fotoprotección. La Organización Mundial de la Salud advierte que los rayos UV más fuertes se encuadran entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.
“Jóvenes y niños son sectores especialmente vulnerables por lo que siempre deben usar un protector solar elevado, entre 30 y 50, aplicando una cantidad generosa 30 minutos antes de la exposición, y repetir la aplicación periódicamente después de bañarse o si se suda mucho”, subraya la profesora de la UA. Los bebés menores de 6 meses tienen que permanecer siempre a la sombra.
¿Qué debemos hacer en caso de quemadura?
En caso de acabar con la piel teñida de rojo, Vizcaya recomienda “aplicar una loción hidratante de rápida absorción y no volver a tomar el sol hasta que la piel, principal barrera protectora, se recupere totalmente”. Y si las quemaduras van más allá, con aparición de ampollas, “la primera medida es desplazarse a un centro de atención primaria y no intentar explotarlas”.
Hay remedios caseros que pueden empeorar la dolencia, como aplicar vinagre o yogur a las pieles enrojecidas por el sol, cosa que según la profesora de la UA no es recomendable. “Al ser sustancias ácidas favorecen la descamación de la piel”, avisa.