¿Hay vida en ambientes hostiles del espacio? Eso es lo que sugiere una investigación
¿Es la Tierra el único lugar del universo capaz de albergar vida? Los científicos empiezan a tener claro que no. Ahora creen que esta puede prosperar también en ambientes mucho más extremos.
Desde hace décadas, los científicos han debatido las condiciones mínimas necesarias para la vida, afirmando que, en cualquier mundo donde pueda desarrollarse, se necesitarían agua líquida, una fuente de energía y nutrientes básicos.
Esta visión ha guiado la búsqueda de vida extraterrestre en lugares que presentan condiciones similares a las de la Tierra, limitando los posibles entornos habitables a mundos con climas templados y agua líquida en superficie. Pero, ¿es posible que haya vida en lugares más hostiles del espacio?
¿Es realmente necesaria una ‘Tierra 2.0’ para encontrar vida?
Un estudio reciente titulado ‘Self-sustaining Living Habitats in Extreme Environments’, realizado por el Dr. Robin Wordsworth de la Universidad de Harvard y el profesor Charles Cockell de la Universidad de Edimburgo, sugiere que la vida, en su forma más simple, podría prosperar en ambientes mucho más extremos de lo que tradicionalmente se ha considerado posible.
Una de las premisas clave de la investigación es que la vida no tiene que desarrollarse únicamente en mundos similares a la Tierra. Actualmente, se conocen aproximadamente 6.000 exoplanetas, pero solo unos pocos cumplen con las condiciones de habitabilidad "terrestres". Al enfocar la búsqueda solo en estos pocos exoplanetas, los científicos podrían estar perdiendo otras oportunidades de hallar vida en lugares donde las condiciones sean radicalmente diferentes.
El estudio de Wordsworth y Cockell plantea que formas de vida sencillas, especialmente aquellas que dependen de la fotosíntesis, podrían prosperar en hábitats no convencionales, siempre y cuando tengan acceso a una fuente de energía como la luz solar. Este hallazgo que sugiere que la vida no necesita necesariamente de condiciones tan estrictas como las que se encuentran en la Tierra para desarrollarse y evolucionar.
Factores determinantes para la vida en el espacio
Para poner a prueba sus teorías, los investigadores analizaron varios factores que afectan la habitabilidad en ambientes extremos: presión atmosférica, temperatura, pérdida de elementos volátiles, niveles de radiación y disponibilidad de nutrientes. Estos elementos, aunque aparentemente hostiles, no son insuperables. Con la combinación correcta, incluso los entornos extremos podrían permitir la vida de una forma u otra.
Por ejemplo, los investigadores destacan que una fuente de radiación solar, combinada con barreras biológicas capaces de filtrar la radiación ultravioleta, podría proporcionar un ambiente habitable en zonas del espacio que antes se consideraban imposibles. Estas barreras biológicas, formadas por microorganismos o materiales biogénicos, podrían mantener gradientes de temperatura adecuados y proteger a los organismos simples de la radiación.
Posibles lugares habitables en el sistema solar
Si se amplía el concepto de habitabilidad, ciertos cuerpos en el sistema solar parecen buenos candidatos para albergar vida. Venus, con su atmósfera densa y corrosiva, podría tener zonas habitables en capas altas, donde las temperaturas y presiones son menos extremas. Marte, aunque árido y con temperaturas heladas, tiene reservas de agua bajo su superficie que podrían sustentar organismos microbianos.
Además, se han considerado lunas como Europa y Encélado. Estos satélites poseen océanos bajo sus capas de hielo y cuentan con fuentes de energía térmica, como actividad volcánica subterránea, que podrían sustentar vida. En estos casos, aunque la vida no dependería de la luz solar, como en la Tierra, la energía química resultante de la interacción entre agua y minerales podría permitir la existencia de organismos simples.
La investigación de Wordsworth y Cockell tiene implicaciones más allá de la búsqueda de vida extraterrestre. Los conceptos explorados podrían ser útiles para desarrollar sistemas de soporte vital en futuras misiones espaciales, ayudando a crear hábitats autosostenibles para los astronautas en la Luna, Marte o incluso en estaciones espaciales de largo plazo. La biotecnología en ambientes extremos podría aplicarse en la producción de alimentos, construcción de hábitats y en la generación de energía.
Nuevas estrategias para detectar vida
Este enfoque también exige estrategias novedosas para la detección de vida. Si la vida puede existir en entornos donde la fotosíntesis es imposible, como en los océanos subterráneos de Encélado y Europa, se necesitarán métodos específicos para detectar esas formas de vida. Esto podría implicar buscar alternativas que no sean evidentes en superficies planetarias.
El estudio de Wordsworth y Cockell desafía la idea de que solo los mundos parecidos a la Tierra pueden albergar vida. La vida, en su forma más simple, podría ser mucho más adaptable de lo que se imagina en un principio, y explorar estas posibilidades es fundamental en la búsqueda para comprender mejor el universo.
Referencias de la noticia
Wordsworth,R.; Cockell, C. arXiv. Self-sustaining living habitats in extraterrestrial environments. https://doi.org/10.48550/arXiv.2409.14477
Collins Petersen. Phys.org. Life can maintain a habitable environment in hostile conditions, research suggests. https://phys.org/news/2024-10-life-habitable-environment-hostile-conditions.html#google_vignette