Hay una extraña montaña en España que crece... ¡con la lluvia!
Esta curiosa montaña de vivos colores no deja a nadie indiferente, y además se dice que crece con la lluvia. Hoy en día se puede visitar. ¿Dónde se encuentra y cómo se ha formado? Te lo explicamos aquí.
Al suroeste del bonito pueblo de Cardona (Barcelona), se alza una sorprendente montaña de los colores del nácar y la arcilla que en circunstancias normales no tendría que estar ahí: hablamos de la famosa Montaña de Sal. Se trata de uno de los mejores ejemplos de diapirismo de la Península ibérica, y además actualmente sigue en crecimiento gracias en parte a la acción de la lluvia.
¿Qué es un diapiro salino y cómo se forma?
Un diapiro (del griego διαπείρειν, que significa atravesar) es un tipo de intrusión vertical en el que un material más dúctil deformable y móvil se abre paso a través de las rocas suprayacentes más densas. Los diapiros son estructuras geológicas conformadas generalmente por evaporitas (sales, anhidrita y yeso) que proceden de niveles estratigráficos muy plásticos, sobre todo del Keuper, materiales que datan del Triásico Superior.
Cuando están sometidos a una gran presión, ascienden por las capas sedimentarias de la corteza terrestre, atravesándolas y deformándolas, en un proceso que dura millones de años: esto es lo que se conoce como diapirismo. Normalmente adquieren forma de cilindro, seta o gota y suelen ser de gran tamaño, del orden de cientos de metros a varios kilómetros de diámetro.
Además de la Montaña de Sal de Cardona, en España podemos encontrar varios grandes diapiros salinos, destacando también los de Poza de la Sal (Burgos), Cabezón de la Sal (Cantabria) o el domo salino de Pinoso (Alicante). Como podemos ver, la toponimia ya ofrece importantes pistas.
¿Por qué hay una montaña de sal a más de 75 km del mar?
Hace aproximadamente 60 millones de años, la zona de contacto entre Laurasia y Gondwana sufrió grandes presiones tectónicas, lo que ayudó a que emergieran las tierras de lo que hoy es la Península Ibérica. El proceso duraría varios millones de años y provocaría que el antiguo mar interior que existía en la depresión del Ebro quedara desconectado del Atlántico y del mar de Tetis.
Esto favoreció la aparición de una gran zona endorreica, produciéndose una evaporación, por lo que se depositaron grandes cantidades de sales en algunas zonas de la cuenca. Con el paso de los años, este sector endorreico se colmató a partir del transporte y deposición de margas, carbonatos o yesos, que cubrieron los antiguos depósitos de sal. A partir de ahí, las fuerzas tectónicas y el diapirismo hicieron su trabajo.
¿Es cierto que que crece con la lluvia?
La Montaña de Sal de Cardona se alza como una elevación grisácea y escarpada, aunque sólo vemos la "punta del iceberg", ya que la mayor parte se encuentra bajo tierra. De acuerdo con la oficina de turismo de esta localidad, esta montaña crece con la lluvia. ¿Hasta qué punto es cierto esto?
El proceso de diapirismo sigue activo, y debido a la lluvia se intensifica, ya que la precipitación favorece la erosión del suelo y las rocas de la zona, lo que ayuda a que con el paso del tiempo el afloramiento salino vaya volviéndose más prominente. Eso sí, aquí hablamos de escalas geológicas, por lo que no veremos crecer la montaña de un día para otro.
En su interior podemos encontrar una impresionante red de túneles subterráneos que alcanzan los dos kilómetros de longitud, aunque la mayor parte no es accesible al público. En las entrañas de la montaña también se pueden admirar las capas de sal y tierra de diferentes períodos geológicos, así como los pliegues asociados a las fuerzas tectónicas que formaron la montaña.
Antes fue una mina, hoy es una importante atracción turística
Hay constancia de la explotación de la Montaña de Sal de Cardona desde la época romana, y hasta el siglo XVIII fue una gran explotación a cielo abierto, algo que cambió con la aparición de la pólvora. La Mina Nieves de Cardona, en funcionamiento entre 1929 y 1990, fue una de las minas de sal potásica más importantes del mundo.
Hoy es el Parque Cultural de la Montaña de Sal de Cardona, un lugar dedicado al turismo. En la actualidad cualquiera puede pasear por las galerías subterráneas y admirar las estalactitas, estalagmitas y cantidad de formas y colores que se pueden encontrar en las distintas salas, destacando la conocida como Capilla Sixtina. También se pueden visitar varios pozos de extracción, maquinaria y un museo. Sin duda, es un lugar no que no deja a nadie indiferente.