Hay un vínculo claro entre el exceso de calor y el riesgo de partos prematuros, aseguran unos científicos en Sídney
Tras un estudio realizado en Australia durante 20 años que ha considerado 1,2 millones de nacimientos, los resultados aseguran que los partos prematuros están relacionados con una exposición excesiva al calor.
El año 2023 ya ha pasado a la historia como el más caluroso registrado hasta la fecha, según datos proporcionados por la Organización Meteorológica Mundial y por el sistema europeo Copernicus. La temperatura global promedio alcanzó los 14,98 ºC, superando en 0,17 ºC el récord anterior de 2016.
Este aumento representa un incremento de casi un grado y medio por encima de los niveles preindustriales. Y es que las olas de calor se vuelven cada vez más frecuentes, marcando un cambio significativo en el clima mundial.
Con estos cambios del clima está relacionado un estudio exhaustivo realizado en el estado australiano de Sídney. En él se ha revelado la correlación que existe entre las condiciones meteorológicas extremas de calor y un notable aumento en el número de partos prematuros, que han llegado a superar los sesenta mil casos.
Calor extremo y partos prematuros
Un nuevo estudio, dirigido por el investigador Shanshan Li, de la Escuela de Salud Pública y Medicina Preventiva de la Universidad de Monash, ha revelado una conexión entre el calor, particularmente durante el tercer trimestre del embarazo, y el incremento de partos prematuros.
Analizando 1,2 millones de nacimientos en las últimas dos décadas en Sídney y Nueva Gales del Sur, se identificaron hasta 63.144 partos prematuros. El estudio confrontó estos eventos con periodos de "exceso de calor", definido como temperaturas trimestrales superiores al 95% del percentil de los últimos 20 años. Esta condición se ha sobrepasado en numerosas ocasiones en Australia en las últimas dos décadas.
Los resultados publicados en JAMA Pediatrics subrayan la estrecha asociación que existe entre los días con un incremento significativo de temperaturas y el riesgo de partos prematuros. Además, destacan la importancia de considerar el impacto del clima en la salud, el sueño y el bienestar, especialmente durante la noche.
Y es que las noches calurosas marcan alteraciones en los ritmos circadianos, provocando dificultades respiratorias y variaciones anómalas en la presión arterial, siendo especialmente perjudiciales para grupos vulnerables, como las mujeres embarazadas.
La falta de vegetación implica más nacimientos prematuros
El estudio también indica la influencia positiva de la vegetación en la reducción de este riesgo por temperaturas extremas. La exposición al calor extremo se identifica como un factor de riesgo para el parto prematuro en todas las áreas geográficas estudiadas. Sin embargo, se observa una ligera disminución de este riesgo en áreas con mayor cobertura arbórea y espacios verdes.
Por este motivo, el profesor Li ha destacado los impactos positivos de la vegetación en la salud física y mental, abogando por la integración de estrategias urbanas que mitiguen el calor, como la expansión de áreas verdes, especialmente en entornos urbanos. La planificación urbana orientada a la salud pública puede marcar la diferencia.