Hay dos zonas de la Tierra que parecen estar enfriándose debido a la actividad humana

Unos científicos han descubierto que estas zonas de la Tierra se está enfriando, unas anomalías que podrían estar relacionadas con cambios en los patrones atmosféricos a gran escala.

Estos cambios detectados pueden provocar un aumento de eventos atmosféricos extremos en algunas zonas del planeta.

Mientras gran parte del planeta experimenta un preocupante aumento de las temperaturas, un par de lugares de la Tierra parecen ir a contracorriente. Investigadores han descubierto dos zonas en los que la temperatura continúa una tendencia descendente. ¿Dónde se encuentran y por qué se está produciendo este fenómeno?

¿Cambios naturales o actividad humana?

Una franja en el Atlántico Norte, situada al sur de Groenlandia e Islandia; y otra el Pacífico oriental tropical, en torno a Centroamérica, están en el punto de mira de los científicos. ¿El motivo? Un descenso progresivo de las temperaturas.

Un equipo internacional de investigadores, entre los que se encuentran científicos del Instituto de Investigación Polar de Corea y del Laboratorio Oceanográfico y Meteorológico del Atlántico, han descubierto que pese a que existe un calentamiento notable en el Pacífico noroeste y suroeste, el Pacífico oriental tropical presenta un progresivo enfriamiento de la temperatura.

El fenómeno 'La Niña'

Los investigadores han advertido que entre 1953 y 2019, las temperaturas en el Pacífico no se calentaron de manera uniforme y que en algunas zonas este calentamiento fue mínimo. Entre las causas que ellos achacan se encuentra el fenómeno de 'La Niña', que supone el enfriamiento en el Pacífico oriental tropical y el calentamiento en otras áreas, y que, según constatan, a lo largo de los años se ha hecho más evidente.

Asimismo, el fortalecimiento de la circulación atmosférica y de los vientos alisios en el Pacífico también estaría contribuyendo al enfriamiento en el Pacífico oriental tropical.

Cambios en el ozono

Pero, además de eso, han descubierto que estas variaciones de temperaturas pueden deberse a otros factores que no tienen que ver con la naturaleza. Según los científicos, detrás del enfriamiento de esta zona del Pacífico también se encontrarían causas humanas.

Persona utilizando aerosoles
El uso de aerosoles podría ser una de las causas de los cambios climáticos

Algunos de los modelos climáticos empleados sugieren que los cambios en el ozono y en aerosoles podrían estar influyendo en el patrón de enfriamiento observado en el Pacífico oriental tropical.

La 'mancha fría' del Atlántico

Por otro lado, investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania aseguran que la temperatura del Atlántico norte también presenta anomalías. Es lo que han denominado como 'mancha fría', un fenómeno que podría estar vinculado a cambios en los patrones atmosféricos a gran escala.

Los expertos atribuyen esta anomalía, en parte, a un aumento de la frecuencia de la fase positiva de la Oscilación del Atlántico Norte (NAO). Este patrón atmosférico muestra la oscilación de la masa atmosférica entre la alta subtropical de Azores y las bajas polares de Islandia. Su estado condiciona en gran parte la variabilidad invernal de muchas regiones de Europa.

Se han detectado cambios en el patrón de las presiones en Islandia y las Azores

Cuando la NAO se encuentra en fase positiva, los vientos del oeste se intensifican, lo que provoca un enfriamiento de la superficie del océano, similar al efecto de remover un café caliente.

Por otro lado, los científicos señalan que en este proceso también influye la circulación de vuelco meridional del Atlántico, una corriente oceánica que transporta agua caliente desde los trópicos hacia el norte. Esta corriente podría estar debilitándose, y si se desacelera, podría reducir el transporte de calor hacia el Atlántico Norte y contribuir al enfriamiento.

Una disminución de 0,7 grados

El estudio de Pensilvania revela que las temperaturas de la superficie del mar en el Atlántico subpolar han disminuido alrededor de 0,7 grados Fahrenheit en el último siglo. Esta disminución contrasta con el calentamiento global generalizado observado en otras zonas de la Tierra.

Sin embargo, los investigadores advierten de que este enfriamiento no invalida el calentamiento global. Según indican, existirían otros patrones atmosféricos que podrían estar contrarrestando parcialmente este efecto, reduciendo el impacto total del enfriamiento. Además, la circulación oceánica también podría desempeñar un papel determinante en este fenómeno.

Efectos en Europa y América del Norte

El enfriamiento en el Atlántico Norte tiene importantes implicaciones para el clima a nivel global, ya que el contraste de temperaturas entre la ‘mancha fría’ y las regiones más cálidas puede aumentar la inestabilidad atmosférica, favoreciendo la formación de poderosas borrascas y de otros eventos atmosféricos extremos en Europa y América del Norte.

El contraste de temperaturas podría favorecer la formación de borrascas más intensas.

Además, los expertos creen que el enfriamiento de la temperatura en el Atlántico Norte subpolar podría afectar la circulación oceánica global y alterar los patrones climáticos a largo plazo. La presencia de la ‘mancha fría’ también complica las predicciones climáticas y subraya la necesidad de comprender mejor los procesos que la generan.

Los resultados de este estudio ponen de manifiesto la complejidad del sistema climático y la necesidad de considerar múltiples factores para comprender los cambios que se producen en el clima a nivel global. A pesar de este hallazgo, es fundamental recordar que el calentamiento global sigue siendo una realidad preocupante que requiere atención urgente.

Referencias de la noticia:

Fan, Y., Liu, W., Zhang, P. et al. North Atlantic Oscillation contributes to the subpolar North Atlantic cooling in the past century. Clim Dyn 61, 5199–5215 (2023). https://doi.org/10.1007/s00382-023-06847-y

Chung, ES., Kim, SJ., Lee, SK. et al. Tropical eastern Pacific cooling trend reinforced by human activity. npj Clim Atmos Sci 7, 170 (2024). https://doi.org/10.1038/s41612-024-00713-2