¿Hasta qué punto un Atlántico norte con calor de récord puede traer ciclones tropicales a Europa?

La escasa temperatura del océano y el aire seco del Sáhara son grandes barreras que alejan a Europa de estos fenómenos, pero surge la duda de si lo seguirán siendo mientras se registran temperaturas de récord en el Atlántico.

Huracanes Europa
Los huracanes no se forman solo en el trópico, sino donde las condiciones permiten su desarrollo. Las condiciones del entorno pueden favorecer su aparición en otras regiones.

Europa es un continente que conoce de cerca los fenómenos meteorológicos extremos. Recientemente ha vivido un episodio de inundaciones excepcional y con frecuencia recibe la visita de ciclones extratropicales especialmente fuertes, siendo habituales rachas de más de 100 km/h en toda la fachada atlántica y, de forma excepcional, de 200 km/h, cuando se suceden este tipo de sistemas durante el semestre invernal.

Sin embargo, su latitud condiciona la aparición de otros fenómenos que son casi exclusivos de regiones tropicales y subtropicales. Entre estos fenómenos, prácticamente desconocidos en el continente europeo, se encuentran los ciclones tropicales.

No obstante, hay que matizar dos cosas: si bien estos sistemas no suelen llegar a Europa como tal, sí suelen alcanzarnos en ocasiones tras haber realizado una transición extratropical, es decir, un complejo proceso en el cual su estructura interna evoluciona hasta transformarse en la de una potente borrasca común.

Por otro lado tampoco es cierto que no hayan afectado directamente a nuestro continente alguna vez; sistemas como Ianos y Alpha en 2020 o Vince en 2005, demostraron que no es imposible.

Para poder llegar a Europa, un ciclón de estas características tiene que vencer 3 grandes impedimentos: la temperatura del agua del mar, la cizalladura y el aire seco de origen continental, siendo el primero el más importante, puesto que los otros fluctúan con el tiempo y en numerosas ocasiones son favorables, especialmente al principio del otoño.

La temperatura del océano, el factor más importante

Si la temperatura del océano es el factor más limitante en nuestra región, con las condiciones actuales es lógico plantearse si podrán llegar más de estos sistemas en un futuro.

En los próximos días Isaac avanzará sobre aguas anormalmente cálidas en el Atlántico, lo que ayudará a que probablemente alcanzando la categoría de huracán. No obstante, a día de hoy parece poco probable que pueda alcanzar España, y menos con rasgos tropicales.

El Atlántico norte lleva registrando valores de récord desde hace tiempo, durante el verano la temperatura de este 2024 pasó a un segundo lugar, sólo por detrás de 2023, y ahora mismo vuelve otra vez a situarse en primera posición. Sin embargo, y pese a ser la principal fuente de energía de un ciclón tropical, un océano cálido no es suficiente.

Las anomalías térmicas excepcionales de este año en el Atlántico han acercado las aguas de más de 25ºC hasta las puertas del continente, incrementando el contenido de humedad de las masas de aire.

Ocurre de forma análoga en los incendios forestales: las condiciones meteorológicas son cruciales a la hora de favorecer la propagación del incendio, pero no son las causantes del mismo. Sin condiciones favorables, no hay incendio, pero por muy favorables que sean las condiciones, sin chispa tampoco hay incendio. Con los ciclones tropicales y la temperatura del mar sucede lo mismo, es un factor necesario y sin duda el más importante, pero por sí solo no es suficiente.

Los ciclones tropicales más peligrosos en Europa: los que dejan de serlo

Aunque la temperatura del Atlántico alcance valores muy elevados, aún sigue lejos de lo necesario para que un poderoso huracán, como Helene, pueda desarrollarse en nuestro continente. Sin embargo, sí pueden permitir el desarrollo de tormentas menores y, lo que es más importante, que los grandes huracanes se aproximen más y puedan experimentar su transición extratropical sobre nosotros.

Erróneamente se puede pensar que cuando un huracán se extratropicaliza, se debilita, pero precisamente si ese proceso de extratropicalización se produce de forma rápida, el ciclón puede intensificarse mientras aumenta su tamaño.

Este proceso rara vez dura más de 24 horas, pero puede ser especialmente violento y suele ocurrir cuando un huracán se encuentra bruscamente con el chorro polar.

El sistema híbrido resultante (que acabará por transformarse en una borrasca común tiempo después) generará vientos huracanados en áreas extensas y ya no necesitará el calor del océano para crecer, por lo que esta será la consecuencia más peligrosa que pueden traer a Europa los ciclones tropicales, especialmente con un océano más cálido, siempre que se cumplan el resto de condiciones necesarias.