¿Habrá más borrascas en España con el fenómeno de El Niño?

Lo que ocurre a miles de kilómetros puede tener efecto sobre las masas de aire en regiones lejanas. El Niño va a llegar en los próximos meses, ¿podría traernos más borrascas a España? Te lo explicamos aquí.

El Niño borrascas España
La fase neutra del ENSO puede normalizar la circulación atmosférica en Europa. ¿Podrían llegar más borrascas en los próximos meses con El Niño?

Después de una triple Niña en el Pacífico central y oriental, ahora nos encaminamos hacia el fenómeno de El Niño; es decir, el efecto contrario. Según la NOAA, hay una probabilidad del 62% de que se desarrolle El Niño entre mayo y julio. Cuando esto sucede, hay un calentamiento anómalo de la superficie del océano, con inestabilidad en zonas como Perú o Ecuador.

El agua del océano mucho más caliente y unos vientos alisios debilitados implican mucha más convección potencial, que provoca movimientos ascendentes de las masas de aire y precipitaciones.

Los pronósticos más recientes de la NOAA señalan que El Niño será más evidente entre junio y agosto, persistiendo hasta el próximo invierno. Se ha detectado más presencia o frecuencia de vientos del oeste, que anticipan un calentamiento más contundente del Pacífico tropical. La probabilidad de un Niño fuerte hasta finales de año se cifra en un 40%, cuando la anomalía de la temperatura del mar sería superior a 1,5 ºC. Tampoco se puede descartar un super-El Niño.

Esta teleconexión atmosférica tiene grandes impactos en el clima global, con desajustes y desvíos del "tiempo habitual" en muchas partes del planeta. En general, la presencia de El Niño podría implicar más olas de calor y temperaturas mucho más cálidas, aunque con La Niña no se han dejado de batir récords de calor, tampoco.

El Niño y La Niña tienen efectos más débiles durante el verano en el hemisferio norte que durante el invierno. Así pues, la señal o la correlación entre la aparición del Niño en el Pacífico y la sucesión de borrascas o inestabilidad en España es débil: no hay una relación directa ni una constatación estadística que sea causa-efecto.

También cabe destacar que la Organización Meteorológica Mundial apunta a un incremento de la sequía con el Niño, hecho que podría llevarnos a tener un balance de precipitaciones muy por debajo del que sería habitual.

Los efectos del ENSO en España

La posición de la Península Ibérica en las latitudes medias del hemisferio norte implica una cierta ambigüedad en los efectos que pueda tener El Niño o La Niña en España. Las zonas tropicales o regiones más próximas al Ecuador reciben de forma más evidente los desajustes o irregularidades que puede producir este fenómeno en regiones muy lejanas. Tal y como afirma Javier Martin Vide, climatólogo y catedrático de Geografía en la UB, la incidencia del ENSO en el Mediterráneo es débil.

Los efectos del ENSO llegan muy enmascarados a la Península Ibérica, aunque se han detectado algunos. Su influencia en casi inapreciable en el Mediterráneo.

Durante la fase de La Niña no se produce una señal muy fuerte entre este fenómeno y las condiciones atmosféricas en la Península Ibérica. A pesar de ello, hay tendencia a temperaturas ligeramente superiores a las habituales y un tiempo algo más seco. De hecho, esta vez se ha cumplido bastante: hemos tenido temperaturas claramente superiores a las habituales todo el invierno y ausencia de lluvias productivas y generales.