Graves incendios forestales en Madeira: más del 6% de la isla ha ardido en los últimos días. Situación actual e imágenes

Los grandes incendios de Madeira, alimentados por fuertes vientos y condiciones meteorológicas adversas, ya han provocado la evacuación de cientos de personas y el cierre de las vías de acceso.

Incêndio Madeira
El incendio en el archipiélago de Madeira cuenta con varios frentes, el más problemático de ellos en Serra d'Água.

La isla de Madeira se enfrenta a una de sus peores crisis de incendios forestales en muchos años, con múltiples frentes activos que han devastado vastas extensiones de terreno, amenazando vidas y causando daños a las infraestructuras locales.

Desde la mañana del miércoles 14 de agosto, cuando se declaró el incendio en Serra de Água, la situación ha empeorado, ya que el fuerte viento y las condiciones meteorológicas adversas dificultan la lucha contra las llamas.

Más de 3400 hectáreas ya han ardido

Los incendios en Madeira están afectando principalmente a las zonas de Curral das Freiras y Fajã das Galinhas, en el municipio de Câmara de Lobos, y Serra de Água, en el municipio vecino de Ribeira Brava. Destaca también la coexistencia de tres frentes activos, con tendencia al norte, especialmente el de Serra de Água. Según los últimos datos del Servicio Regional de Protección Civil, más de 160 personas han sido evacuadas de sus casas.

Según el Servicio de Gestión de Emergencias de Copernicus, ya han ardido más de 3400 hectáreas, aproximadamente un 6% de la isla de Madeira.

El fuego se ha propagado hacia el norte, en dirección a Paul da Serra, una zona deshabitada de difícil acceso y gran valor medioambiental, y se ha reactivado en Fajã das Galinhas. Aunque la situación en Curral das Freiras también sigue siendo reservada, destaca el hecho de que el fuego no ha alcanzado el Pico do Areeiro, uno de los puntos más altos de la isla.

El viento ha sido uno de los principales obstáculos para combatir las llamas, junto con la propia orografía, que favorece su progresión. Con rachas de hasta 70 km/h en las zonas altas de la isla, el viento ha impedido la actuación eficaz de los medios aéreos, dificultando aún más el trabajo de los cerca de 120 operativos asignados a la intervención, apoyados por 43 vehículos y un avión. Numerosos vuelos han sufrido retrasos y cancelaciones en el aeropuerto.

Asimismo, 76 efectivos del Cuerpo Especial de Bomberos de la Península también han sido movilizados para reforzar los esfuerzos locales y se esperan operativos de las Azores, tras la luz verde del Gobierno regional de Madeira para enviar más recursos.

Además de la situación meteorológica que sitúa a la isla de Madeira bajo aviso de calor extremo (nivel 3) por el IPMA, el Plan Regional de Emergencia de Protección Civil de la Región Autónoma de Madeira (PREPCRAM) también se activó en las últimas horas para responder a la situación.

Por el momento, además de los problemas derivados de la progresión de los incendios, existe la posibilidad de que se produzcan desprendimientos en las zonas quemadas, así como torrentes, inundaciones urbanas e inundaciones repentinas, que podrían producirse a medio plazo con las primeras lluvias (como ocurrió en 2010).

¿Qué se puede hacer para evitar otro desastre así en el futuro?

Varios investigadores de Portugal continente, como António Bento-Gonçalves, especialista e investigador de la Universidad de Minho, o de las islas, como Raimundo Quintal, geógrafo y botánico madeirense licenciado por la Universidad de Lisboa, insisten en la necesidad de avanzar hacia una cultura de prevención más profunda.

La situación en Madeira pone de relieve esta premisa y subraya la necesidad urgente de replantear las estrategias de prevención y gestión de incendios en la isla.

En declaraciones a RTP1 el domingo 18 por la mañana, Quintal señaló varios fallos en la gestión forestal de la isla que han contribuido a la propagación de los incendios. Entre las principales críticas figura la proliferación de especies invasoras, como las acacias y los eucaliptos, que son muy inflamables y contribuyen a aumentar la intensidad de los incendios.

De hecho, es necesario insistir en la importancia de una gestión forestal más eficaz, que incluya la eliminación de especies invasoras y la promoción y preservación de especies autóctonas, como las del bosque de laurisilva, que son menos susceptibles a los incendios.

También cabe destacar la excesiva dependencia de la isla de Madeira de métodos inadecuados de control de la vegetación, como menciona Quintal, con el uso de «cabras zapadoras» y ganado, que no son eficaces para reducir el material inflamable.

A partir de ahora, otras medidas y técnicas merecen especial atención, como mantener periódicamente el terreno limpio y libre de material inflamable y reconsiderar la estrategia de prevención de incendios, incorporando nuevas tecnologías y métodos de vigilancia y respuesta rápida.

Por supuesto, este conjunto de medidas fundamentales incluye campañas de concienciación y educación de la población. Los incendios suelen estar causados por la acción humana, ya sea por negligencia o, en casos más graves, provocados, por lo que se refuerza el poder de la concienciación ciudadana y la importancia de las medidas de autoprotección.

Más que una cultura de lucha, es esencial centrarse en la prevención, así como en ámbitos clave como la educación y la protección civil.