Frutas climatéricas y no climatéricas, ¿cuál es la diferencia?
Descubre las diferencias más importantes entre frutas climatéricas y no climatéricas, su proceso de maduración y cómo el cambio climático afecta su calidad y producción.
Las frutas son esenciales en nuestra dieta por sus innumerables beneficios para la salud. Ricas en vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes, las frutas ayudan a fortalecer el sistema inmunológico, reducir el riesgo de enfermedades crónicas y promover una digestión saludable.
Por otra parte, su variedad de colores, sabores y texturas las convierte en una opción atractiva y versátil para incluir en cualquier comida.
Frutas climatéricas y no climatéricas, ¿cuál es la diferencia?
La clasificación de las frutas en climatéricas y no climatéricas es fundamental para entender su proceso de maduración, almacenamiento y comercialización. Esta distinción se basa principalmente en cómo las frutas responden al etileno, una hormona vegetal que juega un papel crucial en la maduración de los frutos.
A diferencia de otras hormonas vegetales que son más complejas y se encuentran en estado líquido o sólido, el etileno es un gas a temperatura ambiente, lo que le permite difundirse fácilmente a través del aire y afectar a las plantas cercanas. Sus funciones son:
- Maduración de frutas.
- Regulación del crecimiento.
- Respuesta al estrés.
Además, con la creciente preocupación por el cambio climático, es esencial comprender cómo estas categorías de frutas se ven afectadas por las alteraciones ambientales.
Frutas climatéricas
Las frutas climatéricas son aquellas que pueden madurar después de ser cosechadas. Este proceso de maduración post-cosecha está regulado por la producción de etileno, una hormona gaseosa.
Las frutas climatéricas experimentan un aumento significativo en la respiración y en la producción de etileno cuando alcanzan la madurez, lo que les permite continuar madurando y desarrollando su sabor, aroma y textura incluso después de haber sido recolectadas. Algunas frutas climatéricas comunes incluyen:
- Plátanos.
- Manzanas.
- Peras.
- Mangos.
- Papayas.
- Kiwis.
- Tomates.
- Melones.
El proceso de maduración
La maduración en las frutas climatéricas involucra cambios bioquímicos y fisiológicos significativos. Durante la maduración, las frutas climatéricas experimentan un aumento en la producción de etileno y una aceleración de la respiración.
Estos procesos inducen el ablandamiento de la pulpa y la conversión de almidón en azúcares simples, lo que mejora su sabor. Además, desarrollan colores más vivos y atractivos, y producen compuestos volátiles que contribuyen a su aroma característico.
Frutas no climatéricas
Las frutas no climatéricas no continúan madurando una vez que son cosechadas. Estas frutas no producen cantidades significativas de etileno y no experimentan el mismo aumento en la respiración que las climatéricas.
Por lo tanto, deben ser recolectadas en su punto óptimo de madurez, ya que no mejorarán en sabor, textura ni aroma después de la cosecha. Estos son ejemplos de frutas no climatéricas.
- Cítricos (naranjas, limones, pomelos).
- Uvas.
- Fresas.
- Piñas.
- Cerezos.
- Frambuesas.
- Arándanos.
Conservación y comercialización
Dado que las frutas no climatéricas no maduran después de la cosecha, es crucial que se cosechen en el punto exacto de madurez para asegurar su calidad.
Estas frutas tienden a ser más sensibles y tienen una vida útil más corta en comparación con las frutas climatéricas, lo que provoca que su transporte y almacenamiento sean más complejos.
Los efectos del cambio climático en la producción y calidad de las frutas
El cambio climático está teniendo un impacto significativo en la producción y calidad de las frutas, tanto climatéricas como no climatéricas. Estos son los efectos por variables meteorológicas.
- Aumento de temperaturas. Las temperaturas más altas pueden acelerar el proceso de maduración en frutas climatéricas, lo que puede resultar en una maduración prematura y pérdida de calidad si no se manejan adecuadamente los tiempos de cosecha. En las frutas no climatéricas, el calor excesivo puede afectar su desarrollo y provocar una maduración desigual.
- Cambios en los patrones de precipitación. Las alteraciones en las lluvias pueden afectar la disponibilidad de agua para los cultivos tanto el exceso como la falta de agua pueden perjudicar la calidad de las frutas. La sequía puede reducir el tamaño de los frutos y afectar su contenido de azúcar, mientras que el exceso de agua puede llevar a problemas de pudrición y enfermedades.
- Incremento en la incidencia de plagas y enfermedades. El cambio climático puede alterar los ecosistemas agrícolas, aumentando la prevalencia de plagas y enfermedades que afectan a las frutas.
- Impacto en la sincronización de eventos fenológicos. El cambio climático puede desincronizar eventos fenológicos cruciales, como la floración y la polinización.