¡Fin del carbón en España! Menos para los Reyes Magos
Desde el pasado lunes, casi todas las minas de carbón de nuestro país han echado el cierre y ante ello nos planteamos: ¿cómo afecta la energía del carbón en el medio ambiente y cuáles son sus consecuencias?
Desde el 1 de enero, todas las minas de carbón de nuestro país han cerrado sus puertas. En el año 2010, el Gobierno español se comprometió a abandonar el carbón y, ahora, ha llegado el momento de cumplir con la normativa europea para dejar atrás el uso de este combustible fósil tan contaminante. Una fecha clave marcada en rojo en el calendario que fijaba dos opciones: el cierre definitivo de todas sus minas o la obligación de devolver todas las ayudas públicas recibidas -atención, más de 500 millones de euros-.
Cerrado por contaminar
Diversas instituciones y asociaciones, como la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA), el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), la Agencia Internacional de la Energía (EIA), Ecologistas en Acción o Greenpeace, ya venían apuntando la responsabilidad del carbón en el cambio climático y la contaminación del aire, y es que la extracción, el transporte y el tratamiento de este combustible fósil degradan el medio ambiente de manera abismal. Deterioran la calidad del aire, elevan la huella de carbono y emiten ingentes cantidades de gases contaminantes y partículas, las cuales son las causantes del cambio climático y el problema ambiental más preocupante del planeta.
Heridas que se dejan ver en el medio ambiente y en la sociedad, con la contaminación de lagos, arroyos, ríos y extensos campos debido a filtraciones, la destrucción de montañas, bosques y toda la cubierta vegetal en general, y el abandono de residuos. Destruyendo así hábitats, poniendo en riesgo nuestra salud y alterando nuestra calidad del aire, y es que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las partículas que se emiten a la atmósfera por la quema de este fósil son la principal causa ambiental en las muertes por cáncer. Además de ser el causante del 12% de las muertes prematuras y los más de 69.000 ataques de asma en menores durante el 2015.
El lado 'oscuro' del carbón
Un reciente informe de Greenpeace ha descubierto multitud de datos oscuros sobre el carbón, y -una vez más- ha quedado claro que es el principal causante del cambio climático de nuestro planeta. China, India, EEUU y Australia se han clasificado como los mayores consumidores de carbón en el mundo, mientras que -paradójicamente- España es el país que más aumentó el uso del carbón en 2017, el único de Europa que más ha aumentado sus emisiones desde 1990 y el que acoge 3 de las 30 centrales más contaminantes del continente.
Pero esto no acaba aquí, pues la quema de carbón es responsable -también- de aproximadamente el 45% de las emisiones de CO2 del sector energético, del 40% de las de SO2 y del 15% de las de óxidos de nitrógeno y diversas partículas. Si hablamos de futuro, y si prescindimos de todos los planes anticontaminación actuales, se prevé que para el año 2030 el carbón sea el responsable del 60% de las emisiones de CO2. La Agencia Internacional de la Energía (IEA), por su parte -y siendo positiva- ya pronosticó en su último informe que el consumo de carbón para electricidad se vería reducido un 36% para el año 2021.
Mala publicidad
Pero y entonces ¿por qué se sigue utilizando a pesar de estos datos tan negativos? Pues porque es abundante, ya que hay grandes reservas; es más barato extraerlo y procesarlo que otras fuentes limpias y renovables y, además, se siguen utilizando plantas antiguas sin realizar ninguna inversión extra. El problema reside, por tanto, en que hay ciertos países que subvencionan esta actividad, y esto desalienta el cambio del modelo energético y la apuesta por otras fuentes de energía, como las energías renovables.
Como anécdota, una de las principales compañías del sector de la energía de nuestro país, ha llevado a cabo una campaña publicitaria en la que trata de desculpabilizar al carbón como el principal agente contaminante que provoca el cambio climático, alegando para ello que los coches son los que más contaminan. Empresa, por cierto, que más CO2 produjo con diferencia en todo el país, con unos 33,3 millones de toneladas de gases de efecto invernadero en el año 2015. Desde luego, un flaco favor para nuestro planeta.