Expertos avisan: "el polvo sahariano supondrá un riesgo para la salud"
Estos días, el polvo en suspensión alcanzará concentraciones muy elevadas, de tal manera que incluso podría empeorar ciertas afecciones respiratorias. Nuestros expertos avisan: no solo supone una pérdida de visibilidad y un cielo turbio, hay más.
El polvo en suspensión ha ido aumentando en los últimos días, pero entre hoy y mañana alcanzará las concentraciones más elevadas, hasta tal punto que acabarán suponiendo un riesgo para la salud de personas con afecciones respiratorias, entre otras. Nuestros expertos, Francisco Martín, José Miguel Viñas y José Antonio Maldonado analizan el posible impacto de este episodio que se alargará, al menos, hasta el jueves.
Francisco Martín: "el polvo en suspensión, la calima y el aire turbio permanecerán hasta el fin de semana"
Una importante entrada de polvo en suspensión se ha puesto en marcha, canalizada por un centro de bajas presiones sobre Marruecos y otro de altas presiones que afecta a Libia y al interior norte de África. En estas condiciones, el viento intenso del sur que sopla en la parte meridional de Argelia está consiguiendo levantar un sinfín de partículas de arena y polvo sahariano. En última instancia, la DANA que se dispone en la vertical de Marruecos está sirviendo de cinta transportadora del aire cargado de polvo en suspensión, que llega hasta la Península y Baleares.
Estos hechos están aconteciendo desde ayer, lunes, y se intensificarán en el este y Mediterráneo occidental durante el martes y miércoles. Con esta entrada los cielos se verán muy turbios y la calima hará acto de presencia.
Durante estos días, las concentraciones en superficie podrían estar entre los 200 y 500 microgramos por metro cúbico (ug/m3) de material particulado asociado al polvo sahariano. El polvo en suspensión, la calima y aire turbio podría permanecer con nosotros algunos días más de esta semana, jueves y viernes, 4 y 5 de marzo, remitiendo el fin de semana. En algunas zonas del sur, centro y este se podrían superar los 50 ug/m3 (umbral de riesgo para la salud del material particulado de tipo PM10) durante dos e, incluso, tres días consecutivos.
José Miguel Viñas: "acarreará riesgos para las personas que padecen enfermedades crónicas respiratorias"
La nueva intrusión de polvo sahariano tendrá un impacto negativo en la salud de las personas, al superarse los 50 ug/m3 que la normativa comunitaria (Directiva 2008/50/CE) fija como umbral. Por encima de él, la exposición prolongada a ese aire acarrea riesgos a la población, principalmente a la más vulnerable, que es aquella que padece enfermedades crónicas respiratorias como el asma o la bronquitis.
Los aerosoles que forman la calima están constituidos por pequeñísimas partículas de polvo mineral, de origen natural (el desierto del Sahara en el caso que nos ocupa), cuyos diámetros están comprendidos en su mayoría entre las 10 y las 2,5 micras (una micra es la milésima parte de un milímetro). Este particulado fino se conoce como PM10 y tiene la capacidad de penetrar por las vías respiratorias.
Ante un episodio de esta magnitud, el uso de mascarillas, particularmente las FFP2, que ahora –debido a la pandemia– usamos en el día a día, es una buena medida preventiva. También nos sirven para protegernos de los elevados niveles de contaminación atmosférica que, bajo situaciones anticiclónicas propicias, se alcanzan en las grandes ciudades, y que tienen en el tráfico y las calefacciones sus principales focos de emisión, tanto de PM10, como de los NOx y las peligrosas PM2.5 (partículas ultrafinas).
José Antonio Maldonado: "si bien estas situaciones se dan con cierta asiduidad, no es habitual que lleguen hasta el norte de Europa"
Hace unos días que vienen predominando los vientos del sureste que, lógicamente, arrastran partículas procedentes del desierto del Sahara, apreciándose en el turbio ambiente que nos rodea. Al ser aire seco y cálido afecta en algunos aspectos a nuestra salud. En mi caso, por ejemplo, lo noto en los ojos.
Como la memoria meteorológica es muy frágil quizá no nos acordemos de si esto ha ocurrido anteriormente o con relativa frecuencia. Pues bien, la respuesta a esa pregunta que podamos plantearnos es la siguiente: estas situaciones se dan con cierta asiduidad en los meses de invierno.
Lo que sí puede considerarse anómalo con respecto a otras ocasiones es que se ha extendido hasta países del centro y del norte de Europa, en los que han registrado temperaturas máximas que han llegado a constituir récord para estas fechas.