Estos fueron los desastres naturales más devastadores de 2024, un año marcado por catástrofes globales

El 2024 nos ha dejado una lista muy larga de desastres naturales de efectos devastadores en nuestro planeta, la mayoría de ellos de origen atmosférico, evidenciando el imparable avance del cambio climático.

Algunas de las imágenes más escalofriantes de 2024 se produjeron en la provincia de Valencia por la DANA de finales de octubre.

Los gases de efecto invernadero tienen cada vez un impacto mayor en el día a día de cualquier parte del mundo. Dejan pasar la luz pero retienen el calor y sus niveles son cada vez más altos, originando un constante calentamiento global.

El calentamiento global del planeta origina el cambio climático, es decir, la aceleración de los cambios en los patrones atmosféricos. Además, engloba fenómenos meteorológicos extremos, catástrofes naturales, variaciones en los hábitats de la fauna y la flora, falta de cosechas, migrantes climáticos y la subida del nivel del mar, entre otros muchos efectos.

Tampoco hay que olvidar los riesgos de origen geológico, que provocaron algunos de los mayores desastres de 2024.

Los glaciares se derriten a un ritmo más rápido, el nivel del mar aumenta por este deshielo, las selvas se secan y la fauna y flora ven alterados sus ciclos vitales. La evidencia científica muestra que la actividad industrial humana ha sido la causante de la mayor parte del calentamiento global registrado el siglo pasado.

Los eventos más catastróficos de 2024

En 2024 se produjeron intensas olas de calor y grandes nevadas, pero también huracanes y terremotos devastadores. Fenómenos extremos que han destruido hogares y cobrado muchas vidas, alterando su ciclo en muchas zonas del mundo.Los científicos durante años han alertado sobre los efectos del calentamiento global.

Ante este escenario, resultan cruciales las estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático para reducir el impacto de los futuros eventos y posibles desastres, garantizando la resiliencia de las poblaciones, especialmente de las más vulnerables.

El terremoto de Año Nuevo de Japón

Japón fue sacudido por un terremoto de magnitud 7,3 hace un año al sur de Tokio. El seísmo generó réplicas que afectaron regiones cercanas a la capital durante semanas, dejando miles de viviendas e infraestructuras destruidas, causando la muerte de 90 personas y 500 heridas. El país nipón tiene una necesidad constante de mejorar sus infraestructuras y sistemas de alerta debido a su vulnerabilidad sísmica.

Los incendios catastróficos de Chile

También a principios de 2024, durante casi 15 días Chile sufrió una de las peores temporadas de incendios. Las altas temperaturas, combinadas con fuertes vientos y una sequía prolongada favorecieron la propagación rápida de los incendios.

La magnitud de los incendios en Chile puso en evidencia la necesidad de políticas más estrictas frente al cambio climático y una mejor gestión forestal.

El balance fue de 430.000 hectáreas arrasadas, 3.000 viviendas en ruinas y miles de personas desplazadas. Las llamas destruyeron hábitats, devastaron ecosistemas de gran valor y pusieron en peligro numerosas especies.

La sequía del Amazonas

La sequía sin precedentes que enfrenta la Amazonía pone en peligro su biodiversidad y afecta a millones de personas. El caudal de los ríos ha descendido muy drásticamente, aislando comunidades al dificultar el transporte fluvial. También se han agravado los incendios forestales por la falta de agua arrasando grandes extensiones.

Esta sequía representa una gran amenaza para la selva y el pulmón más grande del mundo. Está causada por el cambio climático y agravada por la deforestación ilegal. Por ello, es urgente implementar políticas más estrictas de conservación por su importancia ecológica y papel fundamental en el equilibrio climático global.

Helen y Milton, dos devastadores huracanes

A finales de septiembre, el huracán de categoría 3 Helene tocó tierra en el Caribe, se intensificó rápidamente y alcanzó vientos de hasta 200 km/h, azotando Puerto Rico, la República Dominicana y Haití. Viviendas, campos de cultivo, infraestructuras y redes de servicios básicos fueron destruidas por las intensas lluvias y el fuerte viento.

Así mismo, un mes después, en octubre se formó en el Atlántico el huracán Milton. También se intensificó de forma explosiva y pasó a ser un categoría 5, convirtiéndose en una nueva amenaza para el Caribe y el sudeste de los Estados Unidos. Tocó tierra en las costas de Cuba, la Península del Yucatán en México y el sur de Florida, provocando intensas lluvias con inundaciones asociadas, vientos de 250 km/h, apagones masivos y marejadas ciclónicas.

Su impacto tanto en zonas rurales como urbanas fue devastador. Hubo miles de personas evacuadas y sus efectos siguen siendo visibles en muchas comunidades costeras, que tardarán años en recuperarse.

La DANA de finales de octubre en España

A finales de octubre, una DANA afectó a España dejando lluvias torrenciales, inundaciones históricas y gravísimos daños a infraestructuras y viviendas. En el municipio valenciano de Turís cayeron casi 800 l/m² el día 29 de dicho mes. Por ahora, hay 227 personas fallecidas (según datos del Gobierno a 19 de noviembre de 2024), la mayoría en la provincia de Valencia.

Sin duda, fue un recordatorio del impacto creciente del cambio climático en los fenómenos extremos. La rapidez de los efectos de las intensas lluvias puso de manifiesto la necesidad de mejorar la ordenación territorial, la planificación urbana, los sistemas de drenaje en zonas vulnerables y los sistemas de alerta.