Este país está entre los peores de Europa en materia de reciclaje: ¡Bruselas abre un procedimiento de infracción!
La Comisión Europea ha abierto un procedimiento de infracción contra varios países debido a la baja tasa de reciclaje, lo que podría acarrear sanciones económicas y dañar su reputación internacional.
Portugal se encuentra entre los países europeos con peores resultados en materia de reciclaje, al no haber alcanzado los objetivos de reciclar el 50% de los residuos municipales para 2020. Esta situación ha llevado a la Comisión Europea a abrir un procedimiento de infracción contra nuestro país, junto con otros 17 Estados miembros.
La decisión de Bruselas sigue a un informe que revela que Portugal sólo recicló el 36% de sus residuos municipales en 2020, muy por debajo del objetivo fijado por la Unión Europea. Este incumplimiento situá al país en una posición delicada, ya que los objetivos de reciclaje para 2025 se han elevado aún más, exigiendo ahora una tasa de reciclaje del 55%.
Un problema que no es nuevo en Portugal
La excesiva dependencia de Portugal de los vertederos ha sido señalada como una de las principales causas de sus malos resultados en materia de reciclaje. Los datos de la Agencia Portuguesa de Medio Ambiente (APA) revelan que, entre 2015 y 2019, el 33% de los residuos urbanos que produjimos se enviaron a vertederos, un porcentaje muy superior a la media europea y que contrasta con los objetivos fijados para 2030, que limitan el vertido a solo el 10%.
Esta situación no es nueva y ha sido objeto de preocupación por parte de diversas organizaciones no gubernamentales ecologistas, que ya habían alertado a la Comisión Europea del incumplimiento de Portugal. Sin embargo, es ahora cuando Bruselas ha decidido seguir adelante con un procedimiento de infracción, tras la confirmación de los datos oficiales.
Conviene recordar que la apertura de un procedimiento no se debe únicamente al incumplimiento del porcentaje del 50% en 2020. En su comunicado anunciando la apertura del procedimiento de infracción, el Ejecutivo comunitario recuerda que, además de la directiva de 2008, existía desde 1996 otra norma que fijaba objetivos para los envases en sentido amplio, y para los residuos de vidrio, papel, metal, plástico y madera en particular, que tampoco se cumplieron.
Algo parecido ocurrió con los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, que tuvieron su propia directiva. Ninguno de los países de la Unión Europea ha cumplido plenamente los objetivos fijados en estas tres normativas sobre reciclado de residuos, por lo que al menos un expediente está abierto para todos.
La apertura de un procedimiento de infracción por parte de la Comisión Europea podría tener diversas consecuencias para Portugal, sobre todo cuando se refuerce la legislación de la UE en materia de residuos. Por ejemplo, en el caso de los residuos municipales, el objetivo para 2025 ya es una tasa de reciclaje del 55%. Además, no podemos ignorar que, en un mundo globalizado, el consumo es cada vez más desmesurado y, en ámbitos como la moda, es muy difícil hacer frente a la volatilidad de los gustos y opciones de los consumidores.
Independientemente de esta situación, no debe pasarse por alto que el país podría de hecho ser objeto de sanciones económicas si no adopta medidas eficaces para rectificar la situación. Además, la imagen internacional de Portugal y de los 17 Estados miembros afectados (entre ellos, España) podría verse afectada, con repercusiones, entre otros, en el sector turístico y en la inversión y el desarrollo con capital extranjero.
Un reto para todo el país luso
Para evitar estas consecuencias, el Gobierno portugués tendrá que poner en marcha un plan de acción atrevido y eficaz a corto y medio plazo para aumentar las tasas de reciclaje. Este plan debería incluir medidas como la mejora de la recogida selectiva, la creación de incentivos para el reciclaje, el fomento de la economía circular y la reducción de la producción de residuos.
Es esencial que asumamos nuestra responsabilidad y contribuyamos a construir un futuro más sostenible, en el que reciclar no sea sólo una obligación legal, sino también una oportunidad para crear empleo, reducir la dependencia de los recursos naturales y proteger el medio ambiente. Al reciclar, estamos contribuyendo a un planeta más limpio y sano para las generaciones futuras.