Este fin de semana los bancos de niebla supondrán un riesgo para los desplazamientos en varias zonas de España
Las nieblas impactan de manera significativa en la capacidad de visión, y este tipo de fenómeno meteorológico es especialmente preocupante por su influencia directa en la seguridad vial.
En las últimas jornadas la niebla ha ido ganando terreno por la Península Ibérica. La llegada del anticiclón ha desencadenado una serie factores que permiten su formación, como la inversión térmica y el descenso de las temperaturas, en condiciones de calma en el viento. Este fenómeno complica la conducción al limitar drásticamente el campo visual, dificultando la detección de obstáculos y el cálculo de las distancias.
Qué es y cómo se forma la niebla
La niebla se origina por la acumulación de diminutas gotas de agua en suspensión que flotan en el aire y disminuyen la visibilidad horizontal a menos de mil metros. Este fenómeno se comporta como una nube a ras del suelo, con características variables en densidad y espesor. El contacto directo de la niebla con la superficie terrestre es lo que provoca la notable pérdida de visibilidad. En contraste, cuando la reducción visual es de entre 3 y 5 kilómetros, hablamos de neblina, compuesta por partículas más finas y menos densas.
Si se genera por un aumento en la cantidad de vapor de agua, se producen nieblas de evaporación, como las de vapor o frontales, que suelen formarse sobre cuerpos de agua como océanos, ríos o lagos. Por otro lado, si la niebla aparece debido al enfriamiento, puede derivar en nieblas de radiación, advección u orográficas.
Las nieblas de radiación son especialmente comunes durante las noches despejadas de invierno con condiciones anticiclónicas, cuando la falta de viento permite que el aire en contacto con el suelo, enfriado por irradiación, forme capas densas de niebla estacionaria.
Por su parte, la niebla orográfica tiene lugar en las zonas de montaña. Este tipo de niebla se origina cuando el aire asciende por una ladera, enfriándose hasta alcanzar el punto de rocío y dando lugar a la formación de niebla o incluso nubes en las cimas. La niebla orográfica es frecuente en zonas montañosas, donde las condiciones climáticas favorecen su desarrollo.
En las próximas horas se disipará y volverá con fuerza el domingo
Esta mañana uno de los bancos de niebla más densos se ubica en la depresión del Ebro. Se aprecia en las imágenes de satélite y en el mapa de incidencias de la Dirección General de Tráfico.
A las 10 de la mañana se notificaba su presencia en las carreteras de Alcañiz (Teruel), Litera (Huesca) o en las inmediaciones de la ciudad de Zaragoza. También se advierte de visibilidad reducida en zonas de Salamanca o Cáceres.
En las próximas horas esos bancos de niebla se irán disipando hasta desaparecer en algunos casos por completo, quizá en la zona del Ebro, Cinca y Segre persistan algo más. Mañana en puntos de Lleida y Zaragoza amanecerá con este hidrometeoro pero la previsión es que no afecte a extensiones tan amplias por allí. También se divisarán en la meseta norte y cordillera cantábrica occidental.
Este domingo habrá algunas nubes bajas de más que derivarán en bancos de niebla en zonas litorales y prelitorales de las comunidades mediterráneas, valle del Ebro y depresiones de Castilla La Mancha o Madrid.
Consejos esenciales para conducir con niebla
Hay una serie de decisiones que se deben tomar en el vehículo cuando nos topamos con un banco de niebla. A continuación repasamos las imprescindibles.
- Ajustar la velocidad: es tentador acelerar para salir rápidamente de un tramo con niebla, pero esta decisión puede resultar desastrosa. Si apenas se distingue el camino a unos pocos metros, cualquier obstáculo inesperado puede aparecer sin margen para reaccionar. Reducir la velocidad y adaptarla a las condiciones es esencial para evitar sorpresas indeseadas.
- Aumentar la distancia entre vehículos: aunque pueda parecer tranquilizador seguir de cerca a otro automóvil en condiciones de baja visibilidad, esta práctica es altamente peligrosa. Mantener poca separación incrementa significativamente el riesgo de accidentes. Por eso, lo más prudente es conservar una distancia adecuada, además de utilizar correctamente las luces para mejorar la percepción del entorno.
- Permanecer en un solo carril: cambiar de carril o intentar conducir por el centro de la vía para sentirse más seguro sólo genera mayores riesgos. Lo ideal es mantener el trayecto en un único carril, minimizando los cambios bruscos de dirección y facilitando la circulación del resto de los conductores.
- Despejar el parabrisas: la visibilidad ya es limitada con niebla, y un parabrisas empañado puede empeorar la situación. Utilizar los sistemas de ventilación, activar los limpiaparabrisas si es necesario y abrir ligeramente las ventanas para equilibrar la temperatura interna puede marcar una gran diferencia.
- Mantenerse atento: incluso si se conoce la ruta perfectamente, la niebla puede esconder imprevistos. Es importante no relajarse y prestar máxima atención en todo momento, ya que confiarse puede ser un error costoso. Y, cómo es evidente, no hay que olvidar encender las luces antiniebla.