Este domingo pasamos al horario de invierno, ¿a quién beneficia el cambio de hora?

Ajustar nuestras actividades a la luz solar y disminuir el consumo de electricidad es el objetivo principal del cambio de hora. Pero esto solo beneficiará a sectores concretos, reavivando el debate social sobre cambiar la hora dos veces al año.

El próximo domingo 27 de octubre, a las 03:00 h de la madrugada volverán a ser las 02:00 h: ¿a qué sectores beneficia esto?

Como cada año, la llegada del último domingo de octubre marca el comienzo del horario de invierno en España. Así, en la madrugada del próximo día 27, a las 3:00 h peninsular los relojes se atrasarán una hora y volverán a ser las 2:00 h.

Este cambio, implementado en la mayoría de los países de Europa durante las Guerras Mundiales y la crisis energética de los años 70, genera repercusiones, tanto positivas como negativas, en diversos ámbitos.

Veamos qué sectores se ven más beneficiados y, en sentido contrario, cuáles son los efectos negativos a los que nos tendremos que enfrentar por este recurrente ajuste horario.

¿Por qué seguimos cambiando de horario?

Durante el invierno, los días se hacen más cortos, así que, al retrasar el reloj una hora, se busca que tanto la jornada laboral como la escolar coincidan con las horas de luz natural. Teóricamente, esto debería reducir el consumo de electricidad.

Es decir, el cambio de hora tiene como objetivo optimizar el uso de la luz solar y ahorrar energía al reducir el consumo de iluminación artificial, especialmente en la industria.

Sin embargo, con los avances tecnológicos y el uso generalizado de la iluminación eficiente, parece que el argumento del ahorro energético pierde fuerza. De hecho, cada año surgen discusiones acerca de la utilidad de esta medida.

La propia Comisión Europea o la Declaración de Barcelona sobre Políticas del Tiempo, firmada en 2022 por 200 organizaciones y administraciones públicas de todo el mundo, reclaman el fin del cambio de hora en el viejo continente. Alegan los «efectos perjudiciales» que ocasiona en la salud y la economía.

La propuesta es que cada país elija entre mantener el horario de verano o el de invierno de manera permanente. Y aunque la polémica sigue encendida, este 2024 tampoco será el último en que tengamos que cambiar las manecillas del reloj. Otros colectivos como la Sociedad Española del sueño también defienden esto, aunque adoptando el horario de invierno.

¿Cuáles son los sectores más beneficiados con el cambio al horario de invierno?

Mientras que el debate sobre su permanencia continúa, estos ajustes a los que tendremos que adaptarnos en solo unos días benefician a algunos sectores de la economía y a parte de la población.

Agricultura

El sector agrícola obtiene ventajas del horario de invierno porque permite que los trabajadores del campo, al comenzar la jornada una hora antes, puedan maximizar su productividad en esta época del año, cuando los días son más cortos.

Comercio

Al oscurecer antes, las personas tendemos a concluir antes nuestras actividades al aire libre antes, lo que favorece las visitas a centros comerciales y tiendas.

Una tendencia que se ve impulsada por las fiestas navideñas, un período fundamental para el comercio.

Hostelería y ocio nocturno

Los restaurantes y las actividades de entretenimiento nocturno, como bares, discotecas o cines, también pueden verse beneficiados por el horario de invierno en tanto que los planes sociales se suelen organizar tras la caída del sol. Es decir, disponen de más horas para atraer a más clientes.

Personas con dificultades para dormir

Algunas personas experimentan mejoras en su calidad del sueño tras el cambio al horario de invierno. Al menos inicialmente, retrasar una hora el reloj facilita a quienes tienen dificultades para dormir ajustar mejor sus ritmos circadianos.

La cara negativa

Para muchas personas, especialmente para quienes tienen horarios laborales y lectivos fijos, el oscurecimiento temprano tiene consecuencias negativas. Salir del trabajo o clase de noche tiene efectos poco motivadores y contribuye a un mayor cansancio y al descenso en la productividad.

El horario de invierno también se ha relacionado con un aumento en los trastornos anímicos estacionales, una forma de depresión que se agrava durante los meses en los que nuestro organismo dispone de menos luz solar.

Además, en algunos sectores económicos muy concretos, como el logístico, el cambio de hora puede generar complicaciones en el transporte y en la sincronización de operaciones internacionales.