Este domingo, ¿adelantamos o atrasamos el reloj?
El próximo domingo 27 de octubre se volverá a establecer el horario de invierno, lo que se traduce en un ajuste en nuestros relojes. Pero, ¿habrá que adelantarlos o atrasarlos?
Con la llegada del otoño se pone en marcha uno de los eventos más comentados y controvertidos del año: el ajuste horario. Este cambio de hora en los relojes en España, que muchos podrían considerar una simple formalidad, tiene consecuencias notables tanto en el bienestar de las personas como en el funcionamiento de la economía.
El paso al horario de invierno, ideado para maximizar el uso de la luz solar y mejorar la eficiencia en el consumo energético, sigue siendo objeto de intensos debates entre los expertos. Sobre todo, debido a sus posibles impactos en la salud.
Actualmente, el cambio de hora en Europa está regulado por la Directiva 2000/84/CE del Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea. Pero, según esta normativa, ¿qué día es el cambio de hora? ¿Qué deberán hacer los países de la Unión Europea? ¿Adelantar sus relojes o atrasarlos?
¿Qué día se cambia la hora?
El ajuste al horario de invierno en España siempre se realiza durante la madrugada del último domingo de octubre, que este año corresponde al día 27. De este modo, el horario de verano se extiende hasta casi finales de mes. El cambio tendrá lugar en la madrugada del sábado 26 al domingo 27 de octubre, exactamente a las 03:00 horas, las 02:00 horas en las Islas Canarias.
Una de las consecuencias más notables de esta modificación es que amanece antes, entre las 08:00 y las 08:30 horas. En cuanto al atardecer, el sol se pone entre las 17:30 y las 18:00 horas. Si no se realizara este cambio y se mantuviera el horario de verano durante el invierno, el amanecer se retrasaría hasta entre las 09:00 y las 09:30 horas, y el anochecer se produciría alrededor de las 18:30 o 19:00 horas.
Este ajuste de los relojes es una tradición europea que comenzó durante la Primera Guerra Mundial como medida de ahorro energético. Posteriormente, fue retomada en los años 70 del siglo XX, coincidiendo con la crisis del petróleo, y desde entonces se ha seguido aplicando en numerosos países del continente.
¿Hay que adelantar el reloj o atrasarlo?
En este año 2024, España se prepara para cambiar al horario de invierno durante la madrugada del sábado 26 al domingo 27 de octubre. Así, a las 03:00 horas de la mañana se retrasarán los relojes 60 minutos, volviendo a marcar las 02:00 horas. En las Islas Canarias, el cambio se efectúa una hora antes, por lo que a las 02:00 horas volverán a ser las 01:00. Este horario se mantendrá hasta el 30 de marzo de 2025, cuando se retomará el horario de verano.
Hoy en día, la mayoría de las personas no necesita preocuparse por este cambio, ya que dispositivos como móviles, ordenadores y otros aparatos conectados a Internet ajustan la hora automáticamente, evitando el trabajo manual.
Sin embargo, los relojes tradicionales, que no cuentan con conexión, requerirán un ajuste manual para reflejar la nueva hora correctamente. Se recomienda revisar tanto dispositivos digitales como analógicos para asegurarse de que todos están sincronizados y evitar posibles inconvenientes al comenzar la jornada.
¿Sería mejor mantener el horario de invierno todo el año?
Los especialistas coinciden en que mantener el horario de invierno de manera permanente podría ser más beneficioso para la salud, ya que se ajusta mejor a los ritmos biológicos cotidianos. La Sociedad Española del Sueño señala que este horario permite un descanso más prolongado y un despertar más natural, al alinearse mejor con las horas de luz solar.
Por este motivo, aconseja establecer un único horario durante todo el año, y que sea el de invierno el que prevalezca de manera continua.
Pero el ajuste al horario de invierno que se llevará a cabo en 2024 no será el último. Según el Boletín Oficial del Estado, ya se ha establecido el calendario de los próximos cambios de hora en España, que se mantendrán hasta 2026. Este proceso continuará realizándose dos veces al año, con modificaciones en primavera y otoño, alternando entre los horarios de invierno y verano.
A partir de 2026, es probable que se revalúe la normativa actual en la Unión Europea, lo que podría llevar a un cambio definitivo en la práctica de los ajustes horarios. Este asunto ha sido objeto de debate en los últimos años, debido a las crecientes preocupaciones sobre su impacto tanto en la salud pública como en el ámbito económico.