Este aroma sexual producido por plantas pone en jaque a los pesticidas
¿Transformar plantas de tabaco en verdaderas fábricas de feromonas sexuales? Ahora es posible, gracias al trabajo de unos investigadores británicos. El reto es atraer, sin químicos, a las polillas. Aquí te contamos la última hora de este descubrimiento.
Este es un descubrimiento sorprendente que permitirá abandonar ciertos pesticidas utilizados en la agricultura para luchar contra las plagas. Investigadores del Instituto Earlham de Norwich (Reino Unido) han conseguido transformar genéticamente plantas de tabaco para que produzcan las feromonas sexuales de las polillas que no pueden reproducirse.
Una fábrica de feromonas
Las feromonas son sustancias químicas complejas producidas y liberadas por un organismo como medio de comunicación: son señales sexuales que actúan como un olor, que les permite a otros miembros de la especie saber que ese organismo quiere aparearse.
Algunos agricultores a veces cuelgan dispersores de feromonas en sus cultivos para imitar las señales de los insectos hembra. Esto evita que los machos encuentren pareja. Estas feromonas artificiales se producen mediante costosos procesos químicos que a menudo crean residuos tóxicos.
El Dr. Nicola Patron, quien dirigió la investigación y la publicó en la revista Plant Biotechnology, utilizó ciencia de vanguardia para lograr que las plantas de tabaco, produzcan naturalmente estas feromonas. Así se convirtieron en auténticas fábricas de feromonas.
Eso sí, necesitan luz solar y agua para producirlas, gracias al método empleado por los investigadores, sin entorpecer el crecimiento normal de las plantas. La especie de tabaco en cuestión, Nicotania benthamiana, ya ha sido diseñada para producir anticuerpos contra el ébola e incluso partículas similares al coronavirus que pueden usarse en las vacunas contra el COVID.
El gran desafío: renunciar a los pesticidas
Los investigadores introdujeron interruptores moleculares en las secuencias de ADN de las plantas de tabaco para poder regular con precisión el proceso de fabricación de feromonas. Uno de los elementos importantes de esta investigación fue precisamente refinar la producción de feromonas, ya que obligar a la planta a producir continuamente estas moléculas puede perjudicar su crecimiento y su desarrollo normal, al movilizar demasiada energía.
En el laboratorio, los científicos han demostrado que el sulfato de cobre se puede utilizar para ajustar la actividad de los genes. Este resultado es muy interesante, ya que el sulfato de cobre es un compuesto barato ya aprobado para su uso en agricultura. Todo esto permite controlar la proporción y la cantidad de las feromonas.
El trabajo de estos investigadores, sin duda, ha abierto un nuevo camino. Ahora se intentará usar la propia planta para producir productos naturales valiosos para la agricultura. Al mismo tiempo se renuncia a ciertos pesticidas que son peligrosos para nosotros y para nuestro medio ambiente. "En el futuro, podemos ver invernaderos llenos de fábricas de plantas, que ofrecen una forma más ecológica, económica y sostenible de fabricar moléculas complejas", afirma el Dr. Patron. ¡El futuro parece prometedor!