Este antiguo lago de Covadonga desapareció hace más de 8300 años y tenía más de 65 metros de profundidad
Las rutas de los Lagos de Covadonga son de las más transitadas en Asturias. Lo que mucha gente desconoce es que hace miles de años había un lago aún mucho más grande y profundo.
Aunque Asturias alberga un centenar de lagunas, en el corazón del Parque Nacional de los Picos de Europa, a poco más de 20 kilómetros de la localidad asturiana de Cangas de Onís, se encuentra uno de los parajes más conocidos de nuestro país: los Lagos de Covadonga. Este paraíso es muy accesible para los amantes de la naturaleza, ya que se accede cómodamente por una carretera.
Los lagos más famosos, los de Enol y Ercina, son de origen glaciar y están a más de 1100 metros sobre el nivel del mar. En este rincón asturiano la naturaleza parece completamente intacta, sin civilización, aunque en los últimos años se está observando una masificación de este espacio natural durante los meses de verano, hasta el punto de tener que cerrar el acceso a los vehículos privados.
Así son los actuales Lagos de Covadonga
El lago Enol es el más grande de esta zona. Se ubica unos 1070 metros de altitud, tiene una longitud de 750 metros y una anchura máxima de 400 metros, con una profundidad máxima que ronda los 25 metros. Por otro lado, el lago Ercina es un pequeño lago de montaña de ocho hectáreas y está a 1108 m de altitud, aunque sólo alcanza tres metros de profundidad.
Este último no existiría hoy en día de no ser por las presas que construyeron los trabajadores de las antiguas minas de Buferrera en su extremo sur este lago, donde existe un sumidero kárstico por el que de forma natural el agua se sumía en el subsuelo. Esta es la primera sorpresa, pero no la única. Ambos lagos se pueden visitar en una corta y agradable ruta.
El misterioso lago Bricial
Al sur de estos lagos, se encuentra el tercer lago, cuya existencia es desconocida para la mayoría de la gente: hablamos del lago Bricial. El fondo de esta depresión kárstica está cubierto por depósitos glaciares y arcillas que se forman por el proceso de disolución de las calizas.
Su carácter es temporal y muy efímero, cuando el caudal tras fuertes lluvias o grandes nevadas es tal que el sumidero no puede absorberlo todo. Por tanto, avistarlo es cuestión de suerte.
Este lago desaparecido era mucho más grande y profundo que los actuales
Es posible que hayas pensado que el lago Bricial es la gran sorpresa que te esperaba en esta noticia, pero no es así. Para descubrirla, tendrás que dirigirte hacia el cercano mirador del Príncipe de Asturias, un impresionante balcón natural hacia la vega de Comeya, a unos cuantos metros más abajo. Esta gran depresión llana esconde un gran secreto.
Se trata del conjunto de morfologías desarrolladas sobre rocas solubles como los carbonatos (calizas y dolomías) o los sulfatos (yeso o anhidrita). Es un proceso lento, y uno de sus manifestaciones más impresionantes son las cuevas.
Comeya forma parte de un sistema kárstico triple (Enol-Ercina-Comeya), donde se produce una importante circulación de agua subterránea y superficial. Esta vega es considerada en la actualidad un magnífico ejemplo de poljé, un valle de fondo plano típico de zonas kársticas por el que suelen discurrir arroyos o ríos que desaparecen súbitamente por sumideros.
Hasta hace unos 8350 años, el paisaje era muy diferente aquí. Se extendía un gran lago cuya superficie era unas once veces a la del lago Enol, con una profundidad de más de 65 metros. Este antiguo espacio lacustre se formó durante la glaciación Würm, favoreciendo la llegada de grandes caudales del torrente del lago Enol, aguas arriba.
Los sumideros naturales no tenían capacidad suficiente para desaguar todo lo que llegaba de cotas más altas. Sin embargo, cuando el volumen de hielo fue disminuyendo, también cayó en picado la actividad del torrente, y fue a partir de ahí cuando estos sumideros del antiguo lago de Comeya fueron liberando toda el agua, secándose de forma definitiva hace más de 8300 años.
¿Se puede recuperar el lago de Comeya?
Hoy es un lugar muy agradable donde pacen las vacas entre verdes praderas y al que se puede acceder desde diversos senderos, siendo el más espectacular el del Furacón. Pero en los últimos años han surgido algunas propuestas, por no decir ocurrencias o disparates, que pretenden recuperar el antiguo lago para un uso recreativo.
Los geólogos advierten del origen natural de la propia desaparición del antiguo lago, que es objeto de estudio desde hace muchos años por los científicos. Y es que esta depresión cerrada de aproximadamente 1,2 kilómetros de extensión, que además es una enorme piscina de aire frío, guarda mucha información de gran importancia sobre el clima y sus cambios.