Esta playa portuguesa es una de las más bonitas del mundo, pero pocos la conocen
Quienes lo han visitado no lo dudan: «es uno de los destinos naturales más sublimes de Portugal». Sin embargo, no todo el mundo se atreve a explorarla.
¿Se acaban las vacaciones y aún no has descubierto esa playa desierta de ensueño con aguas transparentes? No te preocupes, tenemos la sugerencia perfecta para ti.
Imagina una playa que parece sacada de un cuento de hadas, donde espectaculares acantilados se encuentran con el océano y las formaciones rocosas parecen esculturas de gigantes. Bienvenido a la playa de Ursa, uno de los secretos mejor guardados de Portugal.
Es cierto, los escarpados acantilados de la costa de Sintra esconden una de las playas más puras y maravillosas del país. Considerada la playa más occidental de Portugal y de Europa continental, incluso ha sido elegida una de las más bellas del mundo por la Guía Michelin.
Pero lo más insólito es que, a pesar de toda su belleza y fascinación, poca gente lo conoce. Y podemos explicar por qué. Para llegar hasta aquí hay que recorrer una pista de tierra y luego bajar por un sendero escarpado y rocoso, lo que echa para atrás a los que no les gusta mucho la aventura.
Y para complicar aún más las cosas, el acceso a la playa de Ursa no está señalizado en absoluto. Así que, para quienes no conozcan la zona, no será fácil encontrar la ruta más directa (y menos exigente físicamente) para llegar a la playa.
Un paseo para valientes
La playa de Ursa no es apta para personas muy bajas de forma. Pero no te preocupes, es más un viaje épico que una ruta de supervivencia. Para llegar a este trozo de paraíso, hay que prepararse para una caminata que desafía la gravedad y fortalece las piernas.
Hay varias formas de llegar a este rincón, pero la más fácil es desde la carretera que lleva a Cabo da Roca. Son sólo 2,6 kilómetros de ida y vuelta, pero será bastante exigente.
¿Ya te sientes aventurero? El sendero es empinado y en algunos puntos puede parecerte que estás escalando el Everest (vale, quizá no tan empinado, pero ya te haces una idea).
«Los primeros 900 metros del sendero, hasta llegar al punto donde se vislumbra por primera vez la playa de Ursa, no sólo no presentan grandes dificultades, sino que además te ofrecerán unas vistas de la costa sobrecogedoras. Este tramo es perfecto incluso para niños pequeños», explican en la plataforma.
«La gran dificultad del sendero de la playa de Ursa son los últimos 400 metros. Para llegar a la pequeña playa de arena, hay que descender por un acantilado sinuoso y hay que tener cuidado para evitar una caída que podría estropear la experiencia. Desaconsejamos encarecidamente bajar en días de lluvia», prosiguen.
Al final del sendero, serás recompensado con una vista de lo que es la razón del nombre de la playa de Ursa: las formaciones rocosas que la rodean, en particular una gran roca que se asemeja a un oso. También hay otra que, debido a su gran tamaño, recibe el nombre de Gigante. Es precisamente esta particularidad, y la historia que la rodea, lo que confiere a este destino un aire de misterio.
La leyenda de Ursa
Cuenta la leyenda que hace miles de años, cuando la tierra estaba cubierta de hielo, vivía aquí una osa con sus cachorros. Cuando el hielo empezó a derretirse, los dioses ordenaron a todos los animales que abandonaran la costa. Sin embargo, la osa no dijo que no lo haría. Al fin y al cabo, ella había nacido allí y quería quedarse.
«Los dioses, enfurecidos por semejante afrenta, convirtieron a la osa en piedra y a sus cachorros en pequeñas rocas esparcidas alrededor de la madre, que permanecieron allí para siempre, dando así nombre a la playa: playa de Ursa».
Algunos incluso dicen que en las noches de luna llena, si se mira con atención, se puede ver la sombra de la madre osa vigilando la playa. Cierto o no, una cosa es cierta: la playa de Ursa tiene una magia propia que cautiva a todos los que la visitan.
Arena dorada y aguas cristalinas
De hecho, una vez conquistado el sendero -y observando atentamente la forma de las rocas- es difícil no fijarse en el agua cristalina y la arena dorada.
Con altos acantilados que protegen la playa de los vientos más fuertes, aquí podrás relajarte y disfrutar del sonido de las olas. Aun así, aunque el agua invita a bañarse, te recomendamos que tengas mucho cuidado, ya que las corrientes pueden ser fuertes.
«Por razones de seguridad y dificultades para encontrar ayuda en caso de necesidad, la Praia da Ursa está prohibida e incluso el Ayuntamiento de Sintra afirma que 'no se recomienda bajar y quedarse allí'», se lee también en la revista “Versa”.
Si la playa de Ursa fuera una novela, sería una de esas historias de amor épicas, desafiantes, prohibidas, emocionantes y absolutamente inolvidables.