Esta misteriosa ciudad monumental está prácticamente desierta: ¿por qué nadie quiere vivir aquí?

Descubre Naypyidaw, la capital fantasma de Myanmar: una ciudad monumental construida para un millón de habitantes, ahora mayormente desierta y llena de misterio.

Hoy en día, Naypyidaw sigue siendo un fascinante estudio de caso sobre la planificación urbana y los dilemas económicos y sociales que afectan a las ciudades en todo el mundo.

En un rincón remoto de Myanmar, se alza una ciudad que desafía las convenciones urbanísticas mundiales: Naypyidaw, la capital fantasma más grande del planeta.

Concebida en secreto y construida entre 2000 y 2005 por la junta militar que entonces gobernaba el país, esta metrópolis moderna se extiende sobre una vasta área de 4.600 kilómetros cuadrados, lo que la convierte en una de las capitales más extensas del mundo, superando a ciudades icónicas como Londres o Nueva York en tamaño, pero no en población ni en actividad.

El Origen secreto de Naypyidaw

El origen de Naypyidaw está envuelto en secreto y estrategia militar, durante décadas, Myanmar, también conocido como Birmania, fue gobernado por una junta militar que mantuvo un férreo control sobre el país.

En un movimiento sorprendente a principios del siglo XXI, la decisión se tomó en secreto de trasladar la capital desde Yangón (anteriormente conocida como Rangún) a una ubicación más central dentro del país.

Esta decisión estratégica tenía varios objetivos: descongestionar Yangón, que sufría de problemas de superpoblación y congestión urbana, así como establecer un centro administrativo más seguro y alejado de posibles amenazas externas.

La construcción y características de la ciudad

La construcción de Naypyidaw fue un proyecto monumental y costoso, estimado entre 4.000 y 5.000 millones de dólares. La ciudad fue diseñada desde cero, con amplias avenidas de varios carriles, edificios gubernamentales imponentes, réplicas de monumentos históricos y lujosos hoteles.

Esta ciudad planificada por la junta militar birmana, a pesar de su monumentalidad y su diseño urbano meticuloso.

Uno de los puntos más llamativos son las autopistas que cruzan la ciudad, algunas con hasta 20 carriles, diseñadas para manejar un tráfico que nunca llegó a materializarse.

¿Por qué nadie quiere vivir en Naypyidaw?

La respuesta a esta pregunta radica en varios factores clave:

Ubicación remota: Naypyidaw está situada a unos 400 kilómetros al norte de Yangón, en una región escasamente poblada y con acceso limitado por carretera.

Servicios incompletos: A pesar de la infraestructura moderna, la ciudad carece de los servicios y las amenidades que son esperadas en una capital vibrante. Hay una notable escasez de centros comerciales, lugares de entretenimiento y áreas recreativas que atraigan a residentes potenciales.

Costo de vida elevado: Vivir en Naypyidaw es costoso, tanto en términos de alquiler como de servicios básicos. Esta realidad económica disuade a muchos de establecerse en la ciudad.